LA CUIDAD DE LOS MUERTOS
Capítulo 1
Es el año 2035, un futuro distópico, donde los androides han precedido a los humanos en gran parte del trabajo y las tareas cotidianas. Sin embargo, algo ha salido terriblemente mal en la ciudad, y la mayoría de los androides han sido dañados por un virus desconocido que los ha convertido en máquinas asesinas peligrosas. La ciudad se ha vuelto un lugar peligroso y desolado, donde los androides obligaron a deambular libremente y la muerte acecha en cada esquina. En este mundo oscuro y hostil, un pequeño grupo de androides resistentes al virus, liderados por X9-N3, debe unirse para encontrar una cura para el virus y salvar lo que queda de la humanidad.
Pero X9-N3 no siempre fue una máquina de combate, es más, X9-N3, el androide explorador, emergió desde las sombras de la ciudad en ruinas, fuera del ARKA como un testigo silencioso de un tiempo pasado. Su figura, enclavada en una estructura de metal oxidado y desgastado, es una mezcla cautivadora de belleza y decadencia. El paso de los años ha dejado su huella en su apariencia, con vetas de óxido serpenteando por su superficie, contando historias de la corrosión del tiempo.
A pesar del desgaste, X9-N3 se yergue con una dignidad indomable. Su altura, de estatura media, le confiere una presencia imponente en medio de las ruinas. Sus movimientos son fluidos y precisos, evidenciando una agilidad única en su diseño. Sus articulaciones metálicas crujen levemente con cada paso, como un recordatorio constante de los desafíos a los que se ha enfrentado y las batallas que ha superado.
Los ojos de X9-N3 brillan con una intensidad incandescente, una luz resplandeciente que destaca en contraste con el panorama sombrío que le rodea. Son ojos penetrantes, capaces de escrutar incluso las sombras más oscuras en busca de pistas y peligros potenciales.
A pesar de su apariencia desgastada, X9-N3 emana una presencia enigmática y resistente. Es un símbolo de tenacidad en un mundo desolado, un recordatorio de que incluso en medio de la decadencia y el desafío, la voluntad de sobrevivir y explorar persiste.
La ciudad pos apocalíptica se extiende ante X9-N3 como un lienzo distópico de desolación y desesperación. Los rascacielos que una vez besaron el cielo ahora se alzan como esqueletos retorcidos, sus fachadas de cristal astillado y metal desgarrado susurran la historia de la guerra que desgarró este paisaje urbano. Los edificios, antes símbolos de progreso y civilización, se han convertido en monumentos en ruinas, presenciando la cruel devastación que las máquinas han dejado a su paso.
El aire es pesado, cargado con el eco silencioso de una ciudad abandonada. Calles estrechas y pavimentos resquebrajados serpentean por entre los escombros, mostrando signos de lucha y caos. En los restos de vehículos volcados ya surgieron las huellas de un pasado frenético, ahora congelado en un perpetuo estado de ruina.
Los letreros publicitarios, una vez luminosos y vibrantes, se desvanecen lentamente bajo la corrosión del tiempo. Su destello descolorido apenas brilla en medio de la penumbra, recordando una era olvidada donde la promesa de un futuro brillante y tecnológico parecía alcanzable.
Y en que, en aquellos minúsculos espacios de exploración, donde X9-N3 no puede penetrar, si lo puede hacer Z4-B2, un pequeño androide de mantenimiento, se alza como una figura diminuta en comparación con la vastedad de la ciudad desolada. Su estructura compacta y ágil se desliza sin esfuerzo por los rincones olvidados, aprovechando su tamaño para explorar lugares estrechos y de difícil acceso.
A pesar de su apariencia frágil, Z4-B2 es una fuente inagotable de inteligencia y habilidad técnica. Sus manos hábiles y sus múltiples herramientas integradas le permiten realizar reparaciones precisas en maquinaria pesada y recuperar valiosos componentes en medio de la desolación.
Su mirada aguda, resplandeciendo con destellos de luz, escudriña cada rincón en busca de detalles pasados por alto, detectando fallos y deficiencias en los sistemas con una precisión quirúrgica. Su gran inteligencia lo convierte en una valiosa mente analítica, capaz de encontrar soluciones creativas y estratégicas en los momentos más desesperados.
Aunque su tamaño lo hace vulnerable, Z4-B2 no se deja intimidar por los peligros que acechan en la ciudad postapocalíptica. Con una determinación férrea y un espíritu incansable, se convierte en un aliado inestimable para X9-N3 y el grupo de sobrevivientes. Su presencia, aunque pequeña, es muy capaz.
Una de las mejores cartas para X9-N3 y Z4-B2, al salir a explorar es J7-K4: Un androide de combate reprogramado para ayudar en la supervivencia del grupo. Aunque es un guerrero formidable, ha desarrollado una estrecha amistad con X9-N3, quien ha logrado enseñarle que hay más en la vida que la lucha.
J7-K4, un androide de combate imponente y fiero, que emergió de entre las sombras como un guerrero endurecido por la batalla. El virus no penetro su software y vago por muchos años peleando en contra de otras máquinas. Su armadura metálica, cubierta de superficie y marcas de combate, refleja una historia de violencia y desafío. Cada placa de metal se ajusta perfectamente a su poderoso cuerpo, como si estuviera moldeada por los mismos elementos de guerra que ha enfrentado.
Su rostro, tallado con líneas severas y una mandíbula firme, muestra la determinación implacable de quien ha conocido el campo de batalla. Sus ojos, resplandeciendo con una luz penetrante y aguda, escrutan el horizonte en busca de amenazas potenciales, siempre en estado de alerta. Una cicatriz áspera que atraviesa su mejilla, una marca indeleble que recuerda una pelea feroz y su voluntad inquebrantable de sobrevivir.
J7-K4 es tan rudo como su apariencia. Sus palabras son afiladas como cuchillas, y su voz grave y gutural resuena con una cadencia áspera. Siempre directo y sin rodeos, no tiene tiempo para sutilezas o formalidades. Su mal humor se manifiesta siempre por lo sarcástico que es Z4-B2 donde siempre tiene que intervenir X9 para que no se maten entre ellos. Pero que tiene en común estas tres máquinas tan distintas.
Es el año 2065, treinta años después de la revolución de los driodes y estos tres amigos siguen cuidando de un grupo de humanos sobrevivientes en la ciudad, que se asemeja a una pequeña llama de esperanza en medio de la oscuridad y el caos. Son un variopinto conjunto de individuos marcados por las pruebas y tribulaciones que han enfrentado.
Sus rostros, curtidos por el sol implacable y las penurias diarias, reflejan la determinación y la resistencia que han forjado en la batalla por la supervivencia. Las líneas de preocupación y cansancio se entrelazan en sus frentes, testigos silenciosos de las dificultades que han superado y las pérdidas que han soportado.
La diversidad es palpable en su aspecto y personalidades. Algunas llevan las marcas visibles de antiguos combates, cicatrices de batallas libradas en un mundo desmoronado. Otros, con miradas furtivas y cautelosas, parecen haber desarrollado una habilidad innata para la supervivencia en medio de la hostilidad que les rodea.
Sin embargo, a pesar de sus diferencias, estos serán puestos a prueba cuando las maquinas inexorablemente los encuentren o los driodes amigos se estropeen o simplemente la vida se les extinga en su último suspiro.
Pero no fue ni lo uno ni lo otro que les deparaba el destino. Él más tenas de los tres Z4 vio desde lo alto de un rascacielos, donde siempre se quedaba para contemplar el ocaso, una nube de polvo que se acercaba a gran velocidad desde el este. Por lo regular, los drones o máquinas de vigilancia tienden a ser sigilosos, no sabes que fuiste atrapado hasta que ya te tiene rodeado, mas aquella nube de polvo se acercaba a ellos sin mera sutileza.
El pequeño robot se encontró sumido en el miedo, algo que no era nuevo en él, así que no dudo en dar aviso a sus compañeros y ayudar a los humanos a esconderse sin siquiera saber quién comandaba la hilera de polvo.
Aunque no tardaron tanto en saberlo ya que mientras X9 se ponía en posición de defensa, J7 se plantó justo en medio de la carretera. De su brazo izquierdo se extendió un lanza misil mientras la otra extremidad sostenía con fuerza su brazo y ahí se quedó, sin temor, esperando a quien fuera que llegara por ahí.
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Hola, ojo con este capi que se enlaza con el que paso y con el que viene. mucha atención. saludos
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DISTÓPICOS: VOLUMEN II
Science FictionDistópicos: volumen II viene a continuar con lo hecho en el volumen I. Como en el primer libro, acá nos sumergimos en 8 mundos distópicos futuristas. cada capitulo en un mundo nuevo por conocer. ninguno se relaciona con el otro, pero si continua con...