SOLO EN EL LIMBO

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Queridos lectores. Este es el ultimo capitulo, de esta temporada de Distópicos, me es super difícil lanzarlo ya que yo escribo también de situaciones personales y ésta es una de ellas. Intenté imaginarme el camino de mi padre, el cual dejó este mundo hace ya casi dos años. Le di un toque distinto al final pues pretendo crear un libro a futuro, sin embargo, el corazón se me contrae al dejar mi sentimiento acá. Saludos y gracias por leer.

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SOLO EN EL LIMBO

1

Después de la muerte, el velo de la vida se desvanece y se revela un paisaje desconocido, envuelto en un aura de misterio y trascendencia. Las fronteras que una vez limitaron nuestra existencia terrenal se desvanecen, dando paso a una realidad más allá de nuestra comprensión.

El alma, liberada de su morada física, se embarca en un viaje hacia lo desconocido. Un suave susurro de viento guía su curso, mientras una luz tenue y reconfortante brilla en el horizonte. La consciencia se expande, liberándose de los grilletes del tiempo y el espacio.

A medida que atraviesa ese umbral etéreo, el alma se encuentra cara a cara con las verdades ocultas y los enigmas del universo. El conocimiento se revela en cascadas de sabiduría infinita, y los misterios del cosmos son desentrañados ante los ojos asombrados del viajero.

En este reino trascendental, las emociones y los lazos terrenales se transforman en una esencia pura y volátil. El amor se convierte en un río dorado que fluye entre las almas, sin barreras ni limitaciones, conectando a los seres de una manera significativa y eterna.

Los recuerdos, los sueños y las experiencias terrenales se entrelazan en un telar cósmico de significado. El pasado adquirió una nueva perspectiva, revelando los hilos invisibles que conectan cada instante de nuestra existencia. Los errores y las lecciones aprendidas se basan en pilares de evolución.

A medida que el alma se sumerge más profundamente en este reino desconocido, la paz y la serenidad la envuelven como un abrazo celestial. El sufrimiento y el dolor terrenal quedan atrás, reemplazados por una sensación de plenitud y trascendencia. Todo se une en una sinfonía cósmica de armonía y perfección.

2

En la frontera difusa entre la vida y la muerte, un hombre de 58 años se desliza por los laberintos etéreos del limbo. Su mirada cansada y su cabello negro azabache revelan el peso de los años que cargó en el mundo terrenal. Un suspiro entrecortado escapa de sus labios, un eco de temor y anticipación que resuena en el éter.

En ese espacio liminal, los ecos de su vida pasada se despliegan ante sus ojos como imágenes desvanecidas en una neblina onírica. Sus recuerdos danzan como fragmentos de una película antigua, grabándole los momentos de alegría, dolor y los desafíos que enfrentó con valentía. Pero también se presentan sus miedos más profundos, aquellos que anidaron en su corazón hasta el último suspiro.

La angustia se arremolina en su pecho al pensar en dejar atrás a su esposa, su compañera de vida. Un nudo de incertidumbre se aferra a su alma, preguntándose cómo sobrevivirá ella en su ausencia. Sus hijos, esos seres a quienes amó y protegió con fervor, ahora se encuentran en un cruce de caminos sin su guía. La preocupación por su bienestar se agita como un huracán en su mente.

Pero entre los recuerdos y las sospechas, una chispa de esperanza ilumina su camino. Allí, en la lejanía del limbo, se vislumbra el rostro de su padre, ese hombre cuyo amor y sabiduría moldearon su existencia. La emoción se apodera de él mientras se acerca al abrazo perdido, al reencuentro con aquel que lo vio crecer y que ahora le espera en un rincón del eterno ocaso.

DISTÓPICOS: VOLUMEN IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora