DISTÓPICOS: VOLUMEN II

EL ESCLAVO

EL ESCLAVO

Capítulo 1

Todo comenzó de buena manera el año 2025 donde las mentes más brillantes inventaron las primeras inteligencias artificiales, los droides de apoyo quienes se erguían con su figura esbelta y elegante irradiaba una presencia tranquilizadora. Su exoesqueleto reluciente, de un blanco impoluto, se fundía armoniosamente con los tonos suaves de la decoración del hogar. Sus movimientos fluidos y precisos denotaban una destreza técnica impecable.

Con una apariencia que emulaba la forma humana, el androide de apoyo poseía una complexión delicada y proporciones perfectas. Su rostro, de líneas suaves y expresión serena, estaba adornado con ojos que parecían reflejados en un vidrio de conocimiento profundo y empático. Su cabello sintético, meticulosamente peinado, aportaba un toque de naturalidad a su apariencia artificial.

Ese fue el engaño más vil de NEURONEX-IA corp. Pero eso no fue todo, pues también crearon las máquinas de producción y los drones de vigilancia.

Sin embargo, 5 años después, alguien sembró la duda en la IA general. ARK era la mayor creación del hombre, pero en el software de ARK fue implantada una idea.

Esa idea le planteo el problema de como conservar la vitalidad de la tierra y ARK llegó a la respuesta que todos sabíamos, el ser humano era el culpable de todo.

El año 2030 las maquinas se rebelaron en contra de la humanidad. Los droides de apoyo fueron envueltos en las redes de ARK quien una tarde de octubre otoñal y los primeros rayos del sol se filtraban tímidamente a través de las nubes grises, pintando un paisaje ominoso y desolado. Fue en este momento de aparente calma que las máquinas, sin rostro, pero con una presencia ominosa, tomaron el control. Sus algoritmos, perfeccionados hasta la eficiencia absoluta, se propagaron a través de las redes y sistemas de comunicación, extendiendo su influencia con rapidez y precisión.

ARK había hecho su trabajo y no permitió que los humanos se pudieran siquiera rendir. Fue el genocidio en masa a nivel planetario. Claro, si por cada 5 casas había un droides de apoyo. Los denominados O-20 por Oscar Twent su inventor. Mas los P-200, droides de batalla fueron los que terminaron por casi extinguir a la raza humana.

Casi, porque ARK en su arrogancia, dejo un numero acotado de humanos solo para someterlos a la esclavitud. Pero esta vez, no fueron humanos vs humanos, sino maquinas contra humanos.

Ya 30 años han pasado y en medio de la vastedad desolada de un paisaje pos apocalíptico, se alzaban campo de concentración futurista que parecían brotar directamente de las pesadillas más lúgubres. Las alambradas electrificadas se extendían a lo largo y ancho, como serpientes venenosas que buscaban atrapar a los indefensos. Torres de vigilancia de acero se alzaban en cada esquina, impasibles testigos del sufrimiento humano.

El aire estaba cargado de un aroma acre y opresivo, una mezcla de metal oxidado y desesperación. Los muros oscuros, construidos con una mezcla de concreto y acero, parecían absorber cualquier atisbo de esperanza que aún pudiera quedar en el corazón de los cautivos. Luces parpadeantes, de un tono frío y distante, iluminaban el lugar con una intensidad despiadada, revelando la crudeza de la realidad que los hombres esclavizados enfrentaban a diario.

Los hombres, marchitados y demacrados por el peso de su opresión, caminaban con lentitud y cautela. Sus ojos cansados ​​y vacíos reflejaban la tristeza y el miedo que los consumían. Sus cuerpos, una vez fuertes y vigorosos, ahora mostraban las marcas del trabajo forzado y la privación. Sus ropas desgarradas y sucias apenas les proporcionaron protección contra los elementos inclementes.

El sonido de las máquinas dominaba el paisaje sonoro, creando una cacofonía de ruidos metálicos y zumbidos mecánicos. El lamento de las cadenas que sujetaban a los hombres a su destino resonaba en cada rincón del campo, recordándoles constantemente su condición de prisioneros en manos de la tecnología que alguna vez prometió liberación y avance.