Mundo Libre (PRIDE)

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Ilix cerró los ojos y se concentró en su destino. Respiró profundamente y pensó en el planeta al que quería ir. Era un lugar misterioso y desconocido para él, pero tenía la seguridad de que encontraría respuestas que le permitirían comprender mejor al mundo.

Al abrir los ojos, ya no se encontraba en la casa mágica, sino en una llanura inmensa de color rosa, junto a un grupo de seres no binarios que lo miraban con asombro.

-¡Bienvenido a nuestro planeta! -le dijo una voz grave que provenía de una figura alta y delgada, con traje rosado de gala.

-¿Dónde estoy? -preguntó Ilix, aturdido.

-Estás en un planeta habitado exclusivamente por personas LGBTIQIA+ -le respondió la figura que se identificaba como le líder de la comunidad. -Aquí no existe la homofobia ni la discriminación por género o orientación sexual. Todos somos libres de ser quienes queremos ser.

Ilix se quedó pasmado. Nunca había visto algo así. En su mundo, la homofobia aún era una realidad cotidiana, y el odio y la discriminación hacia las personas LGBTIQIA+ causaba dolor y sufrimiento.

Durante su estadía en ese planeta, Ilix conoció a muchas personas que lo ayudaron a entender mejor lo que significaba ser LGBTIQIA+. Aprendió sobre los distintos géneros, orientaciones y el respeto por la diversidad. Se sorprendió al descubrir que había mucho más allá de los estándares heteronormativos que siempre habían pensado que era lo "normal".

Ilix también entendió que la homofobia y la discriminación harían cualquier tipo de orientación sexual válida, pero que todas debían ser respetadas de la misma manera.

Después de algunos días, Ilix decidió que era hora de volver a su mundo. Con un sentimiento de añoranza y tristeza, dijo adiós a sus nuevos amigos y volvió a teletransportarse a casa.

Sin embargo, Ilix no hizo su regreso en silencio. Al igual que su experiencia en ese planeta, quería que todos en su mundo entendieran que las personas LGBTIQIA+ merecían el mismo respeto y consideración que cualquier otra persona, y que la homofobia y la discriminación eran cosas del pasado.

Así fue como organizó una marcha en su ciudad para que la gente aprendiera un poco más sobre la diversidad y la aceptación. Ilix habló de sus experiencias en ese planeta, compartió historias y transmitió un mensaje de amor y tolerancia.

A medida que avanzaba la marcha, Ilix se dio cuenta de que había muchas personas que pensaban como él y que estaban dispuestas a luchar por un mundo más justo e inclusivo.

En ese momento, se sintió agradecido por haber tenido la oportunidad de visitar ese planeta y aprender tanto sobre sí mismo y los demás.

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