Caminos

País ecológico

Ilix al volver a la casa quizo investigar a fondo la contaminación, por suerte había una puerta sobre eso y decidió cruzar esa puerta, empaco lo necesario por si se perdía y fue destinado a abrir la puerta, pero al querer realizar la acción, la puerta no se abría, fue donde el rompió la puerta, pensaba que estaba perdido.

De repente, una gran luz lo envolvió y cuando la luz se desvaneció, Ilix se dio cuenta de que había sido transportado a una dimensión completamente diferente. Todo lo que lo rodeaba era puro y limpio, sin rastro alguno de contaminación. El aire era fresco y lleno de vida, y los colores eran más brillantes y vivos que en la Tierra.

Ilix estaba maravillado y emocionado por descubrir lo que podía aprender en esta dimensión. Se aventuró en un sendero que encontró cerca de la grieta, y pronto se encontró con seres extraños que lo recibieron con amabilidad. Le enseñaron sobre las plantas y animales que habitaban la dimensión, y cómo todo estaba en equilibrio perfecto.

Ilix pasó varios días explorando y aprendiendo todo lo que podía, y finalmente, se vio obligado a regresar a su hogar en la Tierra. A medida que regresaba a través de la grieta, se dio cuenta de que había aprendido cosas valiosas que podía compartir con los habitantes de su mundo. Decidió compartir sus conocimientos con los demás y trabajar para hacer de su mundo un lugar más limpio y sostenible.

Desde ese día, Ilix se convirtió en un defensor apasionado del medio ambiente y trabajó incansablemente para educar y concienciar a la gente sobre la importancia de cuidar nuestro planeta. Y aunque nunca regresó a la dimensión mágica, siempre recordó lo que aprendió allí y lo utilizó para inspirar e impulsar un cambio positivo en la Tierra.