abusos, hombres y muertes

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Ilix se encontraba en la casa mágica otra vez, explorando cada rincón que le faltaba echarle un vistazo. De repente, un extraño resplandor rosa muy oscuro lo envolvió por completo y lo hizo desaparecer.

Cuando abrió los ojos, Ilix se encontró en un mundo completamente diferente. Las calles estaban llenas de hombres haciendo lo que quisieran, mientras las mujeres caminaban con la cabeza gacha y temerosas. Algunas tenían marcas de abusos en sus caras y otras lucían tristes y sumisas.

Ilix no podía creer lo que estaba viendo. Era como si hubiera viajado a un mundo paralelo gobernado por la opresión y el abuso. No podía simplemente quedarse de brazos cruzados mientras veía a las mujeres sufrir.

Decidió actuar. Habló con las mujeres que se quedaban en casa, las que no se atrevían a salir, les dio ánimos y las animó a levantarse y luchar por sus derechos. Habló con los hombres y les explicó lo injusto que era tratar a las mujeres como objetos, y poco a poco fue ganándose su respeto y admiración.

Ilix también se aseguró de que las mujeres recibieran la educación que necesitaban para que pudieran ser independientes y valiosas. Se aseguró de que tuvieran un lugar en la sociedad y que su voz fuera escuchada.

Gracias a sus acciones, las mujeres comenzaron a sentirse más seguras y valiosas. Con el paso del tiempo, la sociedad cambió. Los hombres aprendieron a respetar a las mujeres y a tratarlas como iguales, mientras que las mujeres comenzaron a ocupar su lugar en la sociedad.

Ilix había logrado su objetivo. Había ayudado a cambiar el mundo y hacerlo un lugar más justo y equitativo para todos. El resplandor volvió pero ahora sin ese tono rosa, lo envolvió para llevarlo a su mundo y que vuelva a investigar la magia de la misma casa.

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