Capítulo 4

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Nota: Hola chicas, espero que se encuentren bien, pues aquí estamos de vuelta después de varios meses de ausencia, pido una disculpa por ello, como muchas saben en abril se celebra la Guerra Florida, y es un evento importante para mí, así que por eso me ausente, la intención era seguir publicando despues de ese evento, más sin embargo, no fue posible, y por  cuestiones familiares me había sido imposible seguir con la historia, pero ahora que las aguas se van calmando estoy de vuelta, gracias por la espera. Les adelanto que después de este capítulo vendrá la primera viñieta, ¿quieren saber de quien será dicha viñeta? 

La bienvenida.

No me arrepentía de la decisión que había tomado, pero debo de admitir que lo hice sin pensar en nada, en absolutamente nada y eso incluía el hecho de que nunca me había trepado a un avión. Los nervios se apoderaron de mí cuando me vi sentada justo al lado de la ventanilla, sentía que el estómago se me revolvía de tan solo imaginar lo alto que íbamos, Anthony fue muy amable, me tomo de la mano, me ayudo a tranquilizarme, incluso creo que me quede dormida por un momento.

Dos horas y diez minutos después pude apreciar la ciudad desde el cielo, era impresionante, se miraba pequeña al lado del mar infinito. La sacudida al momento de aterrizar no fue tan brusca como el despegue, al menos eso sentí, aun así, cerré los ojos ya que tenía un poco de miedo.

̶ Estamos en casa, Candy ̶ escuche la voz de Anthony. Cuando abrí los ojos me di cuenta que el avión se había detenido, suspiré aliviada.

̶ ¡Al fin! ̶ el alma me había vuelto al cuerpo, aunque seguía un poco nerviosa, al grado que mis manos temblaban y no podía desabrocharme el cinturón.

̶ Déjame ayudarte ̶ Con sus finas manos, Anthony quitó el broche del cinturón.

Poco a poco los pasajeros fueron descendiendo del avión, nosotros esperamos a que el flujo de gente disminuyera, mientras lo hacíamos Anthony saco su teléfono, supuse que llamaría a alguien, sin embargo, me tomo una foto, sorprendiéndome, no sé qué cara puse, pero él de inmediato se justificó.

̶ Los chicos no me creen que hayas regresado conmigo a Nueva York ̶ Anthony se justificó por fotografiarla.

̶ Stear y Archie, tengo ganas de verlos, también a Annie, Paty y Dorothy ̶ Candy sonrió al pensar en sus amigos.

̶ Y a Grandchester ¿también quieres verlo? ̶ cuestionó Anthony, con voz seria.

̶ Ya hay menos gente, bajemos ̶ evadí la pregunta de mi amigo, él se puso de pie, me ayudo a bajar mi mochila del estante que se encuentra la parte superior del asiento.

Caminamos por el pasillo y salimos por el puente de abordaje, fuimos a la sala de desembarque y de ahí, pasamos a la sala de equipaje. Me quede mirando la cinta por dónde venían las maletas, había varias de esas cintas, lo que me explico Anthony fue que en las pantallas va indicando el número de vuelo y el nombre de la ciudad del embarque.

Me puse en cuclillas y miré las maletas de otros pasajeros con curiosidad, alcance a escuchar la sonrisa de Anthony, tenía el teléfono en la mano.

̶ Stear y Archie, ya nos están esperando, están deseosos de verte ̶ al parecer Anthony se mensajeaba con ellos.

En ese momento en la cinta apareció nuestro equipaje, suspiré aliviada cuando vi el estuche de mi violín. Me incorporé para recogerlo, la felicidad me invadió en cuanto lo tuve entre mis manos, por otra parte, Anthony tomó nuestras maletas y las puso en el suelo, volvió a mirar su teléfono, supuse que los chicos estaban desesperados por nuestra tardanza.

̶ Gracias por todo Anthony ̶ antes de marcharnos quise agradecerle de forma más íntima, en el fondo me sentía en deuda con él por muchas cosas.

̶ No tienes nada que agradecer ̶ Anthony sonrió dulcemente, levantó la vista y casi de inmediato se le borro la sonrisa y se puso serio, como si hubiese visto algo que lo incomodara demasiado.

THE VIOLETS 2 (EL AMOR CONTINUA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora