Engaño

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Hoy se cumple un mes
Que ya no me ves, te fuiste nada más
Quisiste renunciar a quererme
Y como dueles
Mientras pienso en ti y en lo que perdí
Quisiera evitar, haberme permitido amarte
Para perderte y me dueles, como dueles

Cada palabra que escucha de esa canción es una herida nueva en su corazón. Con auriculares puestos, ya sentada en el avión y su novio al lado, está lista para vivir la experiencia que hace tanto tiempo ansía.

Pero algo dentro suyo está mal. No está 100% feliz, no cree sentirse completa.

Se obliga a estar mejor, cambia la lista de reproducción y se recuesta sobre Lucca para mirar las estrellas al despegar, esas que apenas se ven por el atardecer con cielo plenamente despejado.

Si no recuerdas lo mucho que te quiero, yo te lo diré
Si se apagan las estrellas en el cielo, las encenderé
Y cuando el paso del tiempo te dé miedo, yo lo frenaré
Y me quedo contigo, desafiando el destino

Se le escapa una lágrima. Jamás tuvo el valor de desafiar al destino y correr a sus brazos. Por el contrario, corrió hacia otro continente. Escapando de él, quien había armado una nueva vida sin mirar atrás. Casi como si jamás la hubiera conocido. Cómo si no sintieran amor. Porque si, aún siente amor por él, pero el destino los quiso lejos y está haciendo todo lo posible por alejarse de ese dolor.

No logra dormirse. Piensa tanto en él, es tan fuerte lo que siente que puede percibir su perfume. Sabe que no está ahí, pero por una extraña razón, su mente lo recrea una y otra vez. En aromas, en voces, en estrellas.

Comienzan a servir la cena y ella no logra comer ni un bocado.

L: amor, estás bien?

J: Sisi, es que estoy nerviosa por el vuelo (miente)

L: tranqui, no pasa nada. Come que te va a hacer mal estar con el estómago vacío.

J: la verdad que no tengo hambre.

L: comé, Julieta, haceme el favor, que después a la madrugada empezas a joder con que te duele la cabeza y la panza

Julieta lo mira asombrada por el tono que usa para dirigirse a ella. Hacía mucho no lo veía tan tenso y con la mirada llena de enojo.

J: bueno, pero no me lo digas así, porfa.

L: perdón, es que no quiero que estés mal.

La abraza (para disimular) pero ella sigue sintiéndolo raro. Come a la fuerza y se recuesta dándole la espalda a Lucca.

Mira las estrellas, ahora brillan, más que nunca, cada una de ellas les recuerda a Marcos. Con un nudo en la garganta, logra dormirse.

Se despierta con la luz del sol en su cara y al darse vuelta, su novio la observa fijo, casi como quien controla a otro.

La asafata informa que están prontos a llegar a Londres, su primera escala. Ahí estarán 5 horas.

La situación está tensa pero Juli intenta descomprimirla.

Pasan las horas y toca abordar para volar a Madrid.

L: Dale, Julieta, caminá rápido que no podemos perder el vuelo.

J: pero si recién avisaron, relaja

L: con vos nunca me puedo relajar.

J: bueno, calmate, no se que te pasa pero me estás hablando para el culo desde el otro avión.

L: nada que ver

Julieta decide no insistir y callarse. Ya aprendió que eso es lo mejor, pero... Cuánto más soportará tener que ser quien se calle? Está cansada ya de que Lucca la someta, la anule.

J: si, no me digas que nada que ver porque ya te aguanté varias. Si vas a estar así mientras yo grabe la serie, mejor volvete y déjame sola. Esta es la oportunidad de mi vida y no voy a desperdiciarla.

L: ah sí, me descartas así tan fácilmente ?

J: no, no pongas palabras en mi boca porque jamás te dije eso. Dejá de manipularme

L: yo? Manipularte? Estoy acá por vos, Julieta.

J: y ahora me querés hacer sentir culpable. No tenes fin vos

Llegan a la puerta donde deben abordar y ambos cesan la discusión. Al menos por unos minutos.

Cuando se sientan, ella ni lo mira, y por el contrario, decide ponerse de espaldas y cerrar los ojos.

Por suerte el vuelo es corto- piensa ella- pero, y una vez que lleguemos?

Él manda un último mensaje.

L: estamos saliendo. Así que llegamos a la hora que te dije. Deja el auto ahí porque la cosa está tensa con ella. No quiero que piense nada malo.

Una vez llegados al aeropuerto, el le dice que los espera un auto que alquiló para ir al hotel donde van a estar unos días. Él se había encargado de todo, según le dijo a ella, contactandose con la productora.

Salen, y se suben al auto. Él empieza a manejar, y ella a mirar la ciudad. No se hablan, ni se miran. Para él era mejor así.

J: a qué hotel vamos?

L: no me acuerdo el nombre. Pero estamos cerca.

J: decime que mi mamá me pidió que le avise dónde vamos a estar por cualquier cosa.

L: ahora cuando lleguemos le avisas.

Julieta lo mira con odio, y espera a llegar.

Afuera no hay cartel. Entran y tampoco ve ninguno.

J: me podés decir dónde estamos?

L: vamos a la habitación y ahí googleamos.

J: bueno.

A Julieta la situación ya la empezó a incomodar. Subió temerosa a la habitación que se encontraba en el último piso.

Al entrar, deja su valija al lado de la puerta, su celular en la mesita de luz y va al baño.

Lucca vuelve a abrir la conversación donde escribió cuando estaba en el avión.

L: ya estamos en la habitación. Tengo su celular y entró al baño. Ya dejé listo el champagne.

Se escucha la puerta del baño abriéndose, lo que lo obliga a cerrar la conversación.

Cuando Julieta sale, ve esa escena y se le va todo el enojo. Es tan ingenua, tan buena, que no sospecha absolutamente nada del plan de Lucca.

J: ay que hermoso, mi amor! Vos lo planeaste?

L: si, todo para vos mi vida.

Brindan. Julieta toma de su copa. Él sabe que el champagne es su bebida favorita y no iba a resistirse a tomarlo.

Empieza a sentir pesados los párpados, a sentirse cansada. Cree que es del viaje pero cuando está empezando a sentir la sensación rara en su lengua, no pudiendo hablar bien, se desmaya.

Lucca: listo, bebé. Ya está. Con eso duerme hasta mañana por lo menos.

Coty: buenísimo. Métela en el baño que ya insonoricé todo para que nadie la escuche cuando pida ayuda.

Amor prohibido. -  MarculiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora