Marcos camina sin rumbo. Sin esperanza. La bronca, la impotencia se apoderan de su corazón, las lágrimas caen sin poder controlarlas.
Suena su celular.
M: Pato?
P: Hola mi vida, como estás? tenés noticias de Ju? Estamos ya en camino a dónde estás parando vos.
M: ya? yo como puedo Pato, no te voy a mentir.
P: si, en un ratito estamos por ahí. Vos dónde estás?
M: ahora vuelvo. No sé preocupen que cuando lleguen estaré ahí.
Corta, sin saludar. No quiere quebrarse ante su mamá. Siente que debe ser fuerte. No se permite sufrir, sentir ni demostrarlo.
Vuelve caminando a ese lugar que tan malos recuerdos le traía, para encontrarse con los padres de quién más amó en su vida.
Se sentó en la ventana de la puerta para esperarlos. Al verlos llegar, con las miradas tristes y desencajadas, y luego de abrazarse con la madre de Ju, se quebró, no pudo contener el llanto. Ahí se queda, casi como siendo contenido por su madre, ya no soportaba más cargar con todo el peso de la búsqueda
M: Perdón, perdón, no pude cuidarla. No pude encontrarla. Estuve tan cerca y no pude.
P: No llores, corazón. Sabemos todo lo que estás haciendo. pero .. cerca? cómo que cerca?
M: logré que me dieran las grabaciones de cámaras de seguridad. Lucca está atrás de todo esto. y Constanza. y ...
Julian en ese momento se acerca con las valijas, atento a lo que Marcos decía.
M: y un chico que no reconozco. Vengan que seguimos en mi habitación así les muestro todo.
Entran los tres. Pato y Julián piden una habitación y después de dejar sus valijas, van a la de Marcos.
P: gracias, corazón, por todo lo que hiciste. Ya llegamos para ayudarte. Estabas muy solito intentando encontrar a mi Ju.
M: realmente necesitaba estar con alguien, Pato, doy gracias a Dios que pudieron llegar a tiempo.
Julián, el papá de Ju, que hasta ahora se mantenía en silencio y observando todo, agrega.
J: Gracias, Marcos, no se que hubiéramos hecho sin vos.
M: está acá, Ju está acá.
P: Cómo que acá?
Marcos saca la cadenita de su bolsillo. al verla, su mamá la agarra, se la lleva a su boca y estalla en llanto.
P: mi Ju, ella sigue viva y nos da señales. Es tan inteligente mi chiquita!
M: se que está o estuvo acá. Yo ya hubiera ido a la policía a informar pero no quería actuar sin consultarlo con ustedes.
J: nosotros vamos a pagar lo que nos pidieron, sin dar aviso a la policía ni a nadie. Nos asesoró un amigo nuestro en Argentina y entendimos que es lo mejor.
M: es de confianza?
P: si, en realidad no pudimos verlo porque estaba de viaje, pero hablamos con él y nos dijo eso. Es el socio de Julián.
M: repito.... es de confianza?
Los padres de Julieta se miran. Hoy desconfían hasta de su sombra. No pueden creer como en la desesperación comentaron eso con su socio que si bien tienen confianza, nadie les asegura nada.
J: Agustín no va a decir nada, lo conozco desde hace muchos años.
M: Espero así sea Julián, realmente espero así sea.
Lo que nadie sabía era que Agustín terminaría siendo el peor mal para Julieta.
Al ver las grabaciones, Julián se queda helado. Logra reconocer a Agustín.
J: No puedo creerlo, todo este tiempo confiamos en él y fue quien estaba haciendo esto a nuestra chiquita.
P: No te culpes, amor, jamás hubiéramos imaginado algo así.
M: Y si le hablan? a ver qué les dice.
En ese momento, suena el celular de Pato.
C: Los esperamos en la ubicación que vamos a enviarles después de cortar esta llamada. No traigan a nadie, tampoco policía. Solo ustedes dos. Entregan el dinero y les devolvemos a Julieta.
P: Necesito una foto, vídeo, hablar con ella, algo. Por favor! Les prometemos que cumplimos con lo que piden.
C: con la ubicación les mandamos un vídeo de ella.
Cortan. Llega la ubicación. Los esperan en el puerto. Mientras están viendo como llegar, llega el vídeo.
Se la ve ojerosa, desmejorada, flaca y sin energía, pero sonriendo.
J: estoy bien, se los juro. No hagan nada, solo entreguen en dinero que les piden, que nos vamos a ver pronto. Los amo. A vos también Mar...
En ese momento el vídeo se corta.
M: Como sabe que estoy acá? Me ama?
Explota en llanto. No puede controlarlo más. Llora desconsoladamente y Pato y Julián se funden con él en un fuerte abrazo. Sienten el amor mutuo con su hija. Están dispuestos a todo por encontrarla viva y que sean felices juntos.
Julián: Vamos, Pato. No podemos demorar.
M: Esperen! Me mostras de nuevo el vídeo, Pato?
Al verlo, reconoce el lugar. Se queda helado por unos segundos.
P: Pasó algo, Marcos?
M: No, no, creí ver algo pero no. Vayan tranquilos, los espero acá. Tengan cuidado, por favor. Hagan todo lo que les digan.
J: si, no te preocupes que vamos a volver con Ju, te lo prometo.
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Amor prohibido. - Marculi
RomanceCuando las casualidades terminan siendo causalidades