°| Capítulo XIV: Corazón

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Izuku sabía que no debía presionarlo.

Podían considerarse amigos de la infancia, cercanos, pero no sabía si la etiqueta de mejores amigos iba con ellos. Sí, prácticamente se criaron juntos al vivir en el mismo vecindario y sus madres ser amigas cercanas. Conocía a Bakugo más de lo que quisiera admitir.

Por eso sabía que algo lo estaba atormentando y prefería carcomerse la cabeza que soltarlo.

No todos los días aparecía en tu casa, saludaba a tu madre y entraba a tu habitación como si fuera la suya.

Llevaba media hora en el mismo nivel del videojuego, y conociéndolo ya lo habría hace rato, o maldecido por la cantidad de veces que murió en el juego.

Bien, al carajo, si moría sería intentando saber qué le pasaba a su amigo de la infancia. Tomó una almohada y se la tiró al rubio cenizo en la cabeza.

— ¿¡Pero qué mierda te pasa, Deku!?

Ese sí era el chico que conocía.

— Eso te pregunto, Kacchan — El peliverde sin temor a morir le quitó el control para pausar el juego.

— No me pasa nada, devuelve idiota — intentó arrebatarle el control, pero el de pecas lo alejo — ¡Midoriya!

— ¡Bakugo! — El rubio hizo una mueca, si era extraño que ese idiota lo llamara por su apellido — Te lo daré cuando sueltes lo que te pasa.

— Ve a que Todoroki te dé por culo — dijo entre dientes, levantándose dispuesto a irse.

Midoriya maldijo a sus adentros, sonrojándose levemente, Kacchan y Todoroki se daban la jodida mano, se colocó frente al rubio, impidiendo que diera un paso más hacia la puerta.

— Solo me preocupo por ti, ¿sabes? — lo miró, obligando a su rostro a quitar el sonrojo. — Sé que eres reservado en lo que respecta a tu vida, pero no te veía así de distraído y apagado desde que tus padres se separaron. — soltó.

Bakugo gruñó.

— ¿Tienes que mencionar al viejo justo ahora? Sabes que por mí se puede ir-

— Sí, se puede ir a la mierda y quedarse a vivir ahí por romperle el corazón a tu madre... Y de paso el tuyo — le dio una mirada comprensiva.

Y Bakugo odio ese gesto.

— No es por querer meterme — prosiguió Midoriya — Pero tiene que ver con Kirishima, ¿verdad?

Bien, luz verde para irse, si volvía a escuchar el nombre o apellido de ese otro idiota, golpearía a alguien.

— Tengo que irme — cortó abruptamente, apartó a Midoriya de forma brusca y salió del cuarto.

— ¡Así que si es él! — Midoriya salió tras su amigo - ¿pero por qué? ¿Pasó algo malo entre ustedes? Digo, ahora que lo pienso, estabas todo el día con él — Bakugo bajó las escaleras, siendo seguido por el pelo de arbusto sin podar — y desde que lo conociste tu ánimo cambió, para bien digo, nunca estabas tan calmado, ya entiendo por qué Kirishima se esmeró en regalarte algo, ese día eras alguien diferente, si eras otra persona cuando estabas con él, pero después de la fiesta volviste a ser el mismo Kacchan y no digo del que eras a inicios de año sino al que fuiste-

Bakugo se volteó bruscamente.— ¡Cierra la puta boca, Deku! — gritó y pasó las manos por su cabello, recobrando paciencia.

— Lo siento, Kacchan, pero sabes que tengo razón, así que, ¿qué pasó?

El rubio cenizo suspiró, estaba claro que no lo dejaría en paz. La próxima iría a la casa de Todoroki, el maldito si sabía como quedarse callado.

— Se declaró — dijo al final — me dijo que le gusto.

Aprendiendo A Quererte || KiribakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora