Everything I Need - [Dekubaku]

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Personajes: TODOS LOS PERSONAJES SON MAYORES EDAD.

Katsuki Bakugou (27 años)
Izuku Midoriya (27 años)
Yagi Toshinori (45 años)
Resto de personajes (20-40 años)

ADVERTENCIA ⚠️: Está serie toca temas delicados para algunas personas sensibles, homosexualidad, tiene agresiones físicas, peleas, mpreg, discusiones extremas, sangre, contenido explícito para ADULTOS. Se requiere discreción a la hora de leer.

Apenas leíste esto, y sabes de que trata la serie y etas desacuerdo con esto, puedes leer. Pero si estos temas te incomodan, preferiblemente sal de la historia.

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La playa, el olor a pescado y arena mojada era algo que había estado en toda su vida, desde que tiene conciencia. El mar es traicionero, te puede llevar devuelta a la orilla pero también te puede llevar a mar adentro y arrastrarte en lo mas profundo de sus aguas.

La brisa salada era lo que más disfrutaba sus mechones de cabello danzando al compás del viento tal vez echándose más a su rostro y bloqueado su vista pero, suave y gentil. Las gaviotas volando al rededor de los pesqueros buscando que cazar, otras volando sobre el oceano buscando peces, algunas en la orilla comiendo los peces que trae las olas y que no logran regresar al mar.

Pero el mar no solo traía devuelta peces o animales marinos, tampoco caracolas o la basura de los humanos.

Izuku Midoriya, un hombre pesquero pensaba que el mar solo traía devuelta eso, el creció y nació en el mar, la playa era parte de su sangre y su vida.

No imagina otro lugar que no fuera el mar, y la orilla, sus recuerdos solo había agua, peces, arena y caracolas. Algunos cangrejos que le pincharon los pies y unas medusas. Sabía cómo era la ciudad pero nunca le gustó, había estudiado biología marina en una universidad, no se arrepiente de no dedicarse a ello.

Su vida era el océano, le encantaba ser pesquero y ayudar en el restaurante de su padrastro. También darle comida aquellos niños sin recursos, o guiar a los turistas que visitan sus playas.

Izuku sabía todo sobre la vida de un marinero, pero el océano, a pesar de leer y haberlo estudiado las miles de vidas que hay ahí. No sabía absolutamente nada, los conocimientos que adquirió sabía que no eran nada comparado a lo que debe haber en lo profundo del mar.

Y quería saber más, mucho más del océano. Cada vez que estaba en él quería meterse en lo más profundo, cuando sentía sus pies mojarse en la arena por las olas sentía que el mar lo llamaba de alguna manera extraña.

Pero, era solo un humano. No podía sobrevivir mucho tiempo en el océano sin oxígeno y era mejor quedarse en orilla. El hombre de rizos verdes y pecas camino tranquilamente descalzo en la arena mirando a las gaviotas y cangrejos comer.

Le habían dicho que una tortuga de mar había puesto sus huevos en alguna parte y que era temporada de eclosión, y como buen profesional fue a ver, tal vez ayudar a las tortuguitas volver al mar.

La mayoría de esos 200 huevos no sobrevivían ni siquiera al salir de la arena, al menos quería ayudar. No tardó mucho en encontrarlos, vio una tortuguita salir de la arena supuso que el resto estaba ahí.

Y le atino, cabo con sus manos encontrando el nido. Con cuidado saco algunas que se quedaron dentro de los huevos quitándole las cáscaras y dejando que gatearan por la arena hacia el mar donde las olas se las llevan. De esas 100 tortuguitas posiblemente sobrevivían menos de la mitad.

Izuku sacó su cámara y le tomo varias fotos antes que el mar se las llevará, agradecía que estaba nublado apunto de llover porque en pleno sol otra ave se las hubiera comido o el mismo sol cocinando las mismas con su calor.