Everything I Need - [Dekubaku]

9

El viento húmedo, lleno de agua salada chocando contra su piel, cierra sus ojos, respirando profundamente aquel aroma de arena mojada y peces. Su melena rubia siendo meneada por el brisa, suspiró sintiéndose bien como sus pies se hunden en la arena y se mojan con cada ola.

Tener a cargo una empresa es muy difícil, incluso para un hombre relativamente joven, pero, cree que ya es hora de jubilarse. Dejaría todas las acciones de su empresa a su sobrino, y que este se haga cargo de la herencia familiar como debe ser. Mientras que él, quiere vivir una vida en paz en la playa.

Yagi ya lo decidió.

— Toshi, hola.

Pero, cuando llegó a la playa, había una mujer peliverde embarazada que siempre venía a saludarlo a pesar que Yagi apenas estaba decidiendo si quedarse en la playa o no. Cuando decidió que si, empezó a construir una casa cerca del faro abandonado.

— Inko, hola. ¿Cómo has estado? — Saludo amable a la peliverde que sonrió cariñosa.

— Bueno, ya sabes. Es un poco difícil cargar un bebé. Mi espalda me está matando — Quejo ella con una linda sonrisa, contagiando al contrario —¿Que hay de tí?¿Cómo va tu casa?

— Oh, todo genial. Por ahora, quiero descansar de mis años de trabajo y luego quiero montar un restaurante, tengo mucho que aprender de la vida en la playa.

— ¿Enserio? Eso es muy bueno, sabes, como voy a parir muy pronto me encantaría que te hicieras cargo de mi local un tiempo. ¡De seguro aprenderás mucho!

—¿Q-que? ¡Eso es demasiado, Inko! Has hecho mucho por mí incluso estando en cinta. Siento que sería mucho---

— Por favor, tómalo como un favor. No puedo dejar mi local solo mientras cuido de mi Izuku — Indicó la mujer acariciando su vientre hinchado. Cosa que le acuso ternura a Yagi —¿Por favor?

Yagi no podía decir que no a esos grandes ojos esmeraldas, y más si era un amiga cercana que ha estado cuidando mucho de él desde que llegó a la playa.

— Está bien, solamente porque me lo estás pidiendo. ¡Daré mi mayor esfuerzo! — Exclamó el hombre devolviendo la sonrisa a la mujer que lo imitó unos segundos después.

Pero, de repente, las olas se arrastraron muy fuertes en la orilla casi llegando al nivel de los pies descalzos. Apenas estoy ocurrió, Inko dió un pequeño salto dando un grito, mirando el agua con miedo y apoyándose de Yagi, casi se cae con el peso de su vientre.

—¡Inko!¿Estás bien?¿Por qué saltaste de esa manera? — Preguntó confuso el hombre, ayudando a la mujer a salir de la orilla.

Ella se quedó mirando el mar con una expresión adolorida, suspiró y le sonrió a Yagi, como si nada hubiera pasado.

— No te preocupes, Toshi. Estoy bien, es solo que no me gusta mojarme los pies en las mañanas, me da picazón — Dijo ella, Yagi no quedo muy convencido pero, decidió creerle — Gracias por ayudarme.

— Debería ser yo el que te agradezca por tanta amabilidad.

Inko emitió una adorable sonrisa que alzó sus cachetes provocando que sus ojos se cerraran por la acción — No es nada, ¿que tal si empiezo a enseñarte desde hoy?

—¡Sería fantástico!

•••

— Oye, ¿Estás bien? — Preguntó Izuku, a su padrastro que estaba en el balcón mirando hacia el mar.

— Si, estoy bien. Solamente, estaba recordando a tu madre — Dijo, cerrando sus ojos y disfrutando del viento salado del océano. Puede que viva cien años en el mar y jamás va superar esa sensación.