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El padre de Mahoro y Katsuma invitó a la pareja a cenar en su acogedora casa. Un hogar colonial, tenía muchas materas de plantas fuera, un gran patio con más plantas, la casa llena de decoraciones, artesanías y fotos viejas. Los muebles también eran bastantes viejos y de madera muy buena.

Katsuki estuvo encantado de ver un hogar humano, fue una experiencia muy interesante para él, observar como los humanos eran muy sentimentales en cuanto lo material. Les gusta mucho la nostalgia como pudo notar al ver al padre de los niños hablar de sus familiares en las fotos.

El cenizo lo comprendía, a diferencia de ellos, tienen artesanías como recuerdo de sus antepasados, pues obvio, en el mar es imposible tomar una foto. A menos que pagues por un buen mosaico.

Cuando le conto esto a Izuku, él abrió sus ojos asombrado.

—¿Hacen retratos con mosaicos?

—Si, es una artesanía muy famosa en mi mundo. La única forma de "fotos" que tenemos los tritones y sirenas.

—Increible.

—Mi madre mando hacer una de nosotros cuando nací y... Allí aparece mi padre —dijo con un poco de tristeza —. Es la única forma que tengo para saber cómo luce.

—¿Jamás lo has visto?¿A tu papá?

Katsuki bajo la mirada y negó con la cabeza.

— Es un humano... No sé nada de él, la vieja dijo que desapareció de repente. Ella mando hacer el mosaico explicando su rostro ni siquiera sé si realmente se ve así.

— Ojalá pudiera ayudarte a encontrar a tú papá — le dijo Izuku acariciando su nuca y cabello. Katsuki sonrió gustoso.

—Entre tantos humanos, lo dudo mucho.

— Pero nunca imposible — le dijo, besando sus cachetes y provocándole un sutil sonrojo.

—¿Cómo es le dicen los humanos a alguien cuando se encariñan y quieren demostrarlo?

—¿"Que lindo eres"?

—Si, que lindo eres, Izuku.

El peliverde sonrió apenado, y si, Katsuki también le parecía tan adorable que le daban ganas de comerse lo a besos y morder sus mejillas, le dió un ataque de ternura extrema. 

— Sería como "encontrar una aguja en pajar" — le dijo en un suspiró Katsuki, refiriéndose a su padre.

—¿Dónde aprendiste esa frase?

—La leí en uno de tus libros.

—¿Te gusta mucho leer no? — le preguntó, Katsuki asintió muy feliz de inmediato.

— Quizás podamos ir a una ciudad y comprarte algunos libros...

—¿¡Ir a una ciudad!? —le gritó muy emocionado. Había visto imágenes en los libros y demás, sabía que la ciudades eran grandes llenas de edificios altos, carros (aún no entiende como funcionan) escuelas, y muchas personas —. ¿¡Podemos ir a una ciudad!?

—¡Si, claro! — le sonrió Izuku colocando disimulado su mano en la cintura de Katsuki — Mi padrastro tiene unos asuntos que resolver allí, podemos ir y volver a la playa ¿Que te parece?

—¡Quiero ir!

Izuku se echó a reír antes de poner un beso rápido en los labios de Katsuki. Ambos se sonrojaron e intentaron seguir el beso pero, con un poco más de intensidad.

El cenizo retrocedió al sentir las manos grandes y callosas ajenas tocar su abdomen por debajo de su camisa. Los dos se separaron cuando les comenzó a faltar el aire.

— Izu... — susurró Katsuki sonrojado chocando sus ojos con los brillantes esmeraldas. El peliverde apretó su mandibula antes de acercarse al oído del otro y decir:

—Te deseo tanto... —le dijo en una voz ronca y seductora —. ¿Me dejarías tenerte?

—¿Hah? — murmuró Katsuki más rojo que un tómate —. ¿Tenerme...?

— Está noche tú y yo... — Izuku se coloca rojo, no sabía si decir en su idioma humano o sireno. Así que prefirió la última opción. Dios, sonara vergonzoso —Quiero... Quiero aparea--

Katsuki retrocedió tapándole la boca al saber lo que iba decir, sentía que su cabeza iba explotar junto con su corazón que late sin parar. Izuku no comprendió, pero supuso por lo avergonzado de Katsuki que su mensaje llegó.

—Tu... Enserio quieres hacer eso ¿Conmigo? — preguntó él, sin poder creerlo.

— Claro... Te deseo.

Katsuki quería pegarle como mecanismo de defensa por hacerlo sentir tan vulnerable. Sin embargo, hubo una petición antes de aceptar querer tener relaciones íntimas con el humano que más ama en el mundo.

— Me gustaría mucho hacerlo contigo pero... Quiero que sea en mi forma de tritón.

—¡¿En tu que...!?

—¡Dijiste que me deseas! ¿O acaso solo me deseas en mi forma humana...? — dijo Katsuki con la voz quebrada. Izuku se dió cuenta inmediato que lo había ofendido.

—¡No! No es eso... Yo me enamore de tí incluso antes de tu conversión a humano... Es solo, es mi primera vez con alguien que no sea de mi especie —dijo.

El peliverde se rasco la nuca muy apenado, no sabía absolutamente nada de la anatomía de un tritón sirena o algo así. Pensó que como humano sería más fácil sin embargo, no quería ofender a Kacchan en ningún sentido.

—La mía también... — le indicó agarrando sus manos —. Yo... Puedo guiarte.

Los dos se encontraban más rojos que un tómate, con sonrisas temblorosas y una cómplice mirada. Iban a compartir un beso más sino fuera por Mahoro que se interpuso entre ambos.

—¡Que asco! — dijo ella sacando su lengua, Izuku le tapó los ojos antes de por fin plantar un beso en los labios ajenos —¡Eres malo hermano Deku!

— Y tú demasiado chismosa ¿Por qué no estás jugando con Katsuma?

—¡Porque me aburrí!¡Así que vine a ver que estaban haciendo!

—Eso es ser chismosa — le dijo Katsuki, Mahoro le inflo los cachetes en forma de rebeldía —, ¿de dónde sacaste esa caracola?

Mahoro miro su collar, era un pequeña caracolita que le regaló su madre.

— Mi mamá me lo regaló, ¿por qué?

—Esa caracola es muy rara. Muy pocas veces se encuentran cerca de estos arrecifes.

—¿Cómo sabes eso? —dijo Mahoro asombrada. Pocas personas saben que su mamá venía a de una parte diferente a su pueblo.

Katsuki no supo cómo responderle sin la necesidad de decir que viva en aquellas aguas desde su nacimiento, lleva nadando las aguas y las orillas cerca de los humanos durante largos años. Sabe que animales hay, como lucen y de dónde vienen.

— Me gusta mucho... Las criaturas marina entonces por eso.

—¿¡Estudiaste lo mismo que hermano Deku!?

—¿Estudie lo mismo? — repitió, mirando a Izuku para encontrar una respuesta.

—Bueno... Algo así, es complicado — le dijo el peliverde.

Mahoro volvió a mirar a Katsuki y de repente se puso tímida.

—Yo tengo más caracola que me dejó mi mamá... ¿Me ayudarías a saber si son de acá o no? — le preguntó ella bajando su cabeza, Katsuki sonrió y le dió palmadas suaves en la cabeza.

—Claro, mocosa.

—¡¿Mocosa!?¡No soy mocosa!

—Para mi lo eres.

Izuku se echó a reír por la interacción de ambos, sin embargo, su mente estaba en otro lugar. Pensando en que haría y como iba reaccionar cuando la noche caiga sobre la playa. En el momento exacto en que va estar a solas con el ser más importante en su mundo.

•••

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⏰ Última actualización: Feb 14 ⏰

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Everything I Need - [Dekubaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora