09. Padres.

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09. Padres.

 Padres

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Douma.

Douma estaba viendo la televisión, al mismo tiempo también veía su celular. Escuchó que tocaron a su puerta así que con todo pesar se levantó y fue a ver quien es.

Douma:Quién es? —preguntó.

Muzan:Soy yo, tu padre Douma, abreme la puerta necesitamos hablar.—respondió el adulto al otro lado de la puerta.

Douma:Está bien.—suspiró, se tomó unos minutos antes de abrir la puerta, sabía que no venía nada bueno de ese charla.

Douma abrió la puerta, le dio paso a su padre, un hombre sumamente elegante, buen porte y atractivo, un hombre de cabellos negros y ojos rojizos. Alguien que los viera dirían que no son padre e hijo.

Muzan:Hace tanto que no te veo.—intentó abrazar al menor pero este se alejó.

Douma:De qué querías hablar conmigo padre? —preguntó desinteresado.

Muzan:El tema que quiero que hablemos ya lo conoces.—Douma suspiró. Sabía que su padre no dejaría de insistir sobre el tema del matrimonio.—Quiero que te cases, ya tienes 26 años y no tienes esposa.—dijo.

Douma:Ya te dije lo que pienso de eso padre.—Douma estaba cansado sobre el mismo tema.—Yo me casaré con quien ame, sea hombre o mujer, quiero ser feliz.—afirmó.

Muzan:¡Hijo yo puedo buscar una buena mujer para ti! —alzó la voz el mayor.

Douma:Y vivir infeliz como tú? —dijo sin pensar. Sabía que había echo mal en hablarme así a su padre.—Padre Y-yo lo siento, n-no quise decirte eso.—dijo cabizbajo.

Muzan:Que seas mi hijo no te da derecho hablarme así. ¡Te vas casar! —afirmó el mayor.

Douma:No, si me caso, me casaré con quien yo quiera.—comentó decidido.

Muzan:Bien.—dijo, quería darle un abrazo a su hijo pero este no se dejó.—Adiós Douma.—se despidió para salir aporreando la puerta del departamento.

Douma suspiró, sabía que su padre nunca dejaría de insistir sobre el tema, era un tema que se hablaba cada dos o tres meses, siempre que volvía a verlo su padre le decía lo mismo. También sabía que padre no era así, él era alguien alegre, lleno de vida pero la muerte de su madre lo cambió por completo.

El peli gris recordaba a una mujer de ojos arcoiris y cabello gris como el suyo, una mujer muy hermosa, alegre, feliz y amable. Eran una familia, pero un día su madre enfermó y todo cambió. Su padre se refugió en el trabajo, se deprimió tanto que olvidó que tenía un hijo por el cual ver.

Siempre serás tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora