Sabían que no iban a estar juntos así de fácil, iban a ver obstáculos, pero al final siempre se buscaron el uno al otro.
Soy nueva escribiendo, espero que esta historia sea de su agrado.
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X:Estas segura? —preguntó.
X:Claro hermanito, tengo que ir a verlo.—respondió.—¡Sabes que me a gustado desde siempre y no lo eh visto en mucho tiempo! —chilló la mujer.
X:Si per-, está bien.—suspiró.
X:Sabía que me apoyarías. ¡Nos vemos al rato! —besó la mejilla de su hermano.
X:Cuidado.—susurró.
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Douma se estaba levantando, había tenido una larga siesta. Después de la visita de su padre hace unos días, iría a la panadería a ver al peli rosa.
Douma:¿Y si lo invito a salir? —pensó con un brillo en los ojos.
Douma se levantó y tomó una ducha, cuando salió se puso a escoger con que ropa iría a la panadería. Cuando se cambió fue a su comedor y prepararía algo para comer antes de irse. Salió de su departamento para dirigirse a la panadería, durante el camino se permitió pensar mientras miraba el paisaje.
Douma:¿Por qué papá es así mamá? —preguntó viendo al cielo. Sabía que su madre lo escuchaba, pero nunca había alguna respuesta para sus preguntas.
Cuando llegó al lugar, se bajó de su coche y entró a la panadería, lo haría, Douma invitaría Akaza a salir. Si todo salía bien podrían volver a salir y tal vez un día serían una hermosa pareja, tuvo que salir de sus pensamientos cuando escuchó todo el desastre que había dentro.
Akaza:¡Bienvenido! —dijo sonriendo el peli rosa.
Douma se acercó al mostrador.—¡Hola Akaza! ¿Cómo estás? —preguntó mientras rascaba un poco su nuca.
Akaza:Hola, bien ¿Y usted? —respondió.
Douma:Akaza yo quería preguntarte algo.—dijo nervioso.