Capítulo 12

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Jueves, 4 de marzo

—Entonces —sonrió Roseanne sobre su taza de café desde la puerta de la habitación de Jennie— ¿Quieres venirte de viaje conmigo?

—¿Viaje por negocios o por placer? —la castaña le devolvió la sonrisa, levantando la vista de su trabajo.

—¿Importa realmente?

—Lo necesito para saber qué llevarme.

Roseanne, se desabrochó con su mano libre los botones de su americana, pero se la dejó puesta.

—Es por trabajo. Nuestro especialista de protocolo, la Srta. Black, te ayudará con el equipaje... —dio otro trago a su taza y acto seguido la dejó en una esquina de la segunda mesilla de café de Jennie. Silenciosamente, hizo un gesto en dirección al sofá.

Jennie asintió y dejó de lado una pila de correspondencia y acompañó a la
Presidenta.

Roseanne se sentó enfrente de Jennie. Buscó alrededor de la habitación a Kuma, el Perro Diablo.

—Tu habitación huele muy bien —comentó.

—Es por las flores.

—Ahmm, bonitas... —Roseanne se imaginó que Kuma estaría escondido en algún lugar y saldría a ladrarle tarde o temprano. Pero por ahora, disfrutaría la ausencia del animal— Jennie me encantaría que vinieras, por supuesto. Pero entenderé si necesitas un descanso —aunque no le gustaba la idea de no ver a la escritora cada día, Roseanne sabía que su rutina diaria podía llegar a ser agotadora— Hemos pasado dos meses muy duros. Seguramente ya estarás harta de mí.

—Nah. Comparada con Supercretino, que no paraba de hablar de ordenadores la mayoría del tiempo, y con el Cardenal Kim, que se echaba una siesta de 12 a 4 todos los días, tú eres un ángel —bromeó.

Roseanne se mordió la zona interior de la mejilla.

—Vaya, gracias.

Jennie se río suavemente mientras rebuscó en su correo. La mayor parte era propaganda, pero se percató de un envoltorio de color rosáceo que era Starlight Publishing. Estaba segura de que era una copia de prueba de su última novela, pero estaba un poco avergonzada ante el hecho de que Roseanne conociera esta faceta de su trabajo. Jennie levantó los ojos del envoltorio.

—Eres una persona muy dedicada. Me gusta eso de ti... —comentó Roseanne
sinceramente.

Jennie se sonrojó. Esto, viniendo de una adicta al trabajo, era un piropo.

—Y, ¿dónde vamos, Sra. Presidenta?

—Vamos a la Embajada de EEUU en la Unión de la Alianza Árabe. Necesito
revisar algunos de los tratados de negociación. Y allí hay unas ciertas cuestiones, vamos a llamarlas "diplomáticas", que se resolverán de una manera más sencilla si se llevan a cabo desde nuestra Embajada.

Jennie miró a Roseanne confundida.

—¿Cuestiones diplomáticas?

Roseanne afirmó.

—La cuestión diplomática "la Presidenta de los EEUU es una mujer y una endemoniada hippie" —sonrió— En la Embajada, estamos técnicamente en territorio Americano. Y lo que puede ser castigado bajo pena de muerte en su país, es... Bueno, será inevitablemente aceptado en la Embajada. Además, sería una gran falta de respeto para ellos, rechazar mi invitación. Esta gente es muy respetuosa con sus tradiciones, y no querrán insultarme...

𝑺𝒆ñ𝒐𝒓𝒂 𝑷𝒓𝒆𝒔𝒊𝒅𝒆𝒏𝒕𝒂 - 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora