Capítulo 15

311 41 9
                                    

Abril del 2021.

Domingo, 4 de abril.

—¿Por qué estás tan triste amiga? —Lisa se inclinó sobre el tablero de ajedrez, preguntándose por qué siempre caía en el mismo gambito.

—Oh, no lo sé —suspiró Roseanne bebiendo un trago de brandy. Se reclinó sobre el sillón y miró pensativamente cómo Lisa intentaba escaparse de esa jugada... Otra vez. ¿Nunca aprendería?

Estaban en el despacho que tenía Roseanne en la residencia privada de la Casa Blanca. Era una habitación acogedora que Roseanne había transformado en una sala de juegos para la familia. A los niños le encantaba. En esta fría noche de primavera, sus hijos estaban profundamente dormidos como lo estaría, según sospechaba Roseanne, casi todo el mundo que no tuviera insomnio. Jisoo, la mujer de Lisa estaba fuera de la ciudad visitando a unos familiares, y su vieja colega estaba apalancado en sus estancias porque no quería volver a su solitaria casa.

—Tú solo bebes cuando tienes problemas de mujeres —dijo Lisa casualmente, sin dejar de mirar el tablero.

Roseanne miró en su vaso y gruñó.

—Es brandy, por el amor de Dios. Y de verdad que no tengo problemas de mujeres. No hay mujeres, no hay problemas.

—Bien, me alegro de oír eso —allá vamos— Porque adivina quién está en la ciudad esta semana.

—Nooooooooooo... —Roseanne movió el rey.

La presidenta se inclinó e hizo un movimiento que permitiría que la partida continuara siempre y cuando Lisa no hiciera nada estúpido. No estaba preparada para quedarse sola todavía.

—Nooooo... —sss cejas se levantaron a la vez. ¿Por qué no fue a matarme rápidamente?— Piensa menos políticamente. Es más, ummm, de tu tipo.

—¿Mi tipo? —Roseanne se golpeó en las piernas— Lisa, yo no tengo ningún tipo.

Ella se reclinó sobre su asiento, después de hacer su movimiento, y le dirigió a su amiga su mejor mirada fraternal.

—Sí, lo se. Y es hora de que cambiemos eso.

Roseanne miró hacia su compañera.

—Lisa, por favor, no me digas que has hecho algo increíblemente estúpido como...

—Te he concertado una cita.

Una cabeza oscura cayó.

—¡Oh, Dios! —Roseanne dejó su vaso en la mesa de al lado. Su grueso cristal hizo que sonara muy fuerte. Acto seguido cambió totalmente y muy irritada levantó la cara de nuevo— ¿No es mi vida lo suficientemente complicada sin tenerte concertándome citas? La mitad de los EEUU y un príncipe árabe idiota, piensan que me estoy acostando con Jennie.

—Pero como no lo estás haciendo —dijo Lisa sensiblemente— No hay razón por la que no podrías salir con Talia Ryder.

Roseanne empezó a atragantarse con la bebida, haciendo una mueca de dolor cuando el fuerte licor le salió por la nariz. Se tapó la boca con un puño e intentó volver a respirar por la nariz.

Cuando, finalmente, Roseanne pudo hablar, gritó apagadamente.

—¿Quieres decir que me has concertado una cita con "Ven y toma un trozo de Talia Ryder"? Jesús, Lisa, ¿Por qué no me has citado con una prostituta y llamas a la prensa para que saque fotos?

Lisa se mordió el interior de sus carrillos. Estaba empezando a pensar que la única persona que podía satisfacer a Roseanne no era otra que Jennie Kim.

—Tengo que hacerte saber que esa Talia Ryder, es ahora la doctora Talia Ryder, y está en la ciudad asistiendo a una conferencia de Cirugía General.

—Bueno, ella tuvo bastante de eso en la universidad. Debería ser una experta ahora.

—Roseanneeee... —pero no pudo evitar soltar una carcajada

—¡Sabes que odio que me arreglen citas!

—Te arreglé una cita con Hyeri, Roseanne.

—Oh, sí —hizo un gesto mientras se desplomaba de nuevo sobre su asiento— Pero nunca volverás a tener esa suerte de nuevo. Y todavía no quiero quedar con nadie.

—¡Vamos! ¡Estás siendo ridícula!

—¡No voy a salir con Talia "prueba mi relleno de crema" Ryder! —se inclinó hacia delante y perezosamente movió el alfil— Jaque mate.

—Tienes razón. No vas a salir. Eres la Presidenta de los Estados Unidos, por el amor de dios.

—Lo has recordado justo a tiempo.

—Es ella la que va a venir aquí. El viernes por la noche, a las siete en punto. Pensé en una agradable cena en la residencia. Quizás vean una película después, o una excursión por...

—Tú te crees una directora de cine, ¿o qué?

—Ella, no sólo no va a estar por aquí el viernes, sino que también tiene una cita —dijo Lisa tranquilamente. Sabía que esas palabras le dolerían, pero no tenía ningún sentido que Roseanne se siguiera quejando.

Roseanne no tenía que preguntar a quién se refería con ese "ella". Tzuyu había estado prácticamente sonriendo por eso toda la semana. La asistenta personal de la Presidenta, le había contado a todo el mundo que Jennie había aceptado salir con su pariente favorito, Chou Doh.

—Gracias por recordármelo, compañera. Ya casi me había olvidado de ello —murmuró sarcástica. ¿Y dónde está ese maldito reporte del FBI que ordené sobre ese pariente de Tzuyu? ¡Lo he estado pidiendo durante horas!

Lisa hizo un gesto hacia el tablero de ajedrez y levantó las manos en señal de rendición.

Roseanne pensó en Jennie cenando y tomando vino, pasando una íntima velada con otra persona. A lo mejor se cogían de la mano o... Dios ¿Y si él la besa? ¿O si ella lo besa a él? Y qué si eso lleva a... No, no no. ¡No voy a pensar en eso! ¡No lo haré! Su cara estaba llena de rabia y lanzó por toda la habitación el rey de Lisa al golpearlo con su alfil.

Los dos pares de ojos siguieron al rey, viendo como la blanca pieza de madera surcaba el aire y aterrizaba en la chimenea encendida. Enseguida empezó a arder, y Lisa tragó saliva asustada.

—Oh, sí, amiga. Qué suerte tienes de no ser celosa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 07 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝑺𝒆ñ𝒐𝒓𝒂 𝑷𝒓𝒆𝒔𝒊𝒅𝒆𝒏𝒕𝒂 - 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora