Siete Días De Amor RanKane 2023

Consecuencias de nuestro amor

-Cómo puedes comer algo tan repulsivo, Ranma?!

La chica de ojos café y corto cabello negro azulado lo miró más que asqueada, de pie en la entrada de la cocina.

-Qué dices, esto está delicioso!-respondió él indignado, con el bocado a medio comer.

-Sí, pues ni siquiera pienses en besarme con esa boca.

-Ja!-exclamó incrédulo por la arrogancia de su esposa-Ya te veré en un rato, arrepentida de decir semejante tontería.

Ante la mirada reprobatoria de Akane, volvió a hundir la cuchara de plástico en el bol de metal donde había mezclado pepinillos encurtidos en su jugo, mayonesa, salsa barbacoa, algo de arroz, nueces, un poco de salsa de ostión, hongos salteados y malvaviscos, bañado todo con vinagre de manzana, decorado con aceitunas verdes y pasas.

Akane negó y fue a servirse un poco de té y tostadas pero antes de siquiera probar algo se cubrió la boca en un gesto de vomitar y salió con prisa de la cocina.

Ranma no pudo evitar seguirla hasta el baño, preocupado por el estado de salud de la chica, aunque sin abandonar su maravillosa creación culinaria.

-Por Kamisama, quita eso de aquí, no ves que me da asco solo mirarlo!-gritó al salir del baño y verlo comiendo tan a gusto aquel platillo.

-Por favor, Akane, esto está mucho mejor que cualquiera...-Ranma se detuvo analizando sus palabras y los ingredientes de tan exótica receta elaborada por él.

Recordó también las largas jornadas de viaje con su padre y las muchas anécdotas que escuchaba contar a las mujeres de aquellos pueblos.

-Qué cualquier qué?-Akane puso ambas manos en la cintura en claro gesto de batalla-Anda, dilo, di que incluso esa basura sabe mejor que lo que yo cocino-chilló la joven Tendo, está vez al borde del llanto.

Ranma parpadeo varias veces antes de imprimir en palabras sus pensamientos.

-Akane-susurró en un tono apenas audible y el plato de metal se escurrió de sus manos, provocando un sonido repitante en el piso de madera.

Esos cambios bruscos en el estado de ánimo, ir de la furia al llanto, no era muy propio de su Akane. Sobretodo porque ella casi nunca flaqueaba en llanto.

-Qué? Akane qué? Eres un insensible!-gritó ella está vez con la voz quebrada por las lágrimas que amenazaban con salir y su siempre combativo carácter.

Ranma sonrió con la completa seguridad de que su revelación era cierta y se acercó con decisión a la mujer frente a él.

Acunó su pequeño rostro entre sus manos y besó sus ojos, limpiando las gruesas lágrimas con sus labios.

Acarició la nariz de la chica con la suya y ella rio dulcemente, parecía que el enojo había cedido y él aprovecho el momento: depositó un casto beso en la frente de Akane antes de darle la noticia.

-Me gustaría que tenga tus ojos o tu sonrisa-dijo mirándola fijamente-Eso me haría muy feliz.

-Ranma, ahora de qué estás...-Akane abrió los ojos con sorpresa y él le sonrió en respuesta

La chica intentó recordar la última fecha de su período.

-Es una consecuencia lógica.-añadió despreocupado, encogiéndose de hombros- Probablemente tengamos que ir con el doctor y comprobar. Pero yo diría que es así.

-Entonces yo, estoy embarazada?-preguntó tontamente su prometida.

-Por estos días se dice más bien:estamos embarazados, pero sí, lo estás-respondió tomándola en brazos-y yo participé o participaré activamente en que lo estés-añadió subiendo con ella las escaleras hasta su habitación.
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Cuando la noticia del embarazo se hizo de conocimiento común en Nerima, ya ambos habían incluso intercambiado las argollas matrimoniales, plasmado su firma en el registro civil y celebrado una sencilla boda, con Tofu y Kasumi como únicos testigos del enlace.