Capítulo XI

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Sexto Día
¿Qué pasó?

Need help?— preguntó tranquilamente ofreciendo su mano para sostener algo de lo que el otro cargaba.

—No, estoy bien— se negó rotundamente mientras asentaba los objetos que llevaba en sus manos sobre la mesa de centro.

Foolish se quedó a la expectativa, observando las acciones de Mariana, desde que había llegado a su casa ese día sentía que las cosas estaban fuera de lugar, algo raras, sus actitudes se lo confirmaban. Desde que había llegado le evitaba con mayor regularidad, no podía contar una sola ocasión de aquel día en que se habían volteado a ver o siquiera hablado de frente. Ciertamente podía notar que el muchacho le evitaba.

Temía lo peor.

—No debo tardar en irme— le sacó abruptamente de sus pensamientos.

Huh? ¿Te vas pronto hoy?— no esperaba que escalara tanto.

—El clima no se ve como lo mejor hoy... en cualquier momento se soltará la lluvia y no me quiero quedar atrapado a medio camino— le volteó a ver de reojo distrayéndose con el reloj de la sala.

Foolish se quedó en silencio nuevamente.

Había temido que Mariana lo ignorara desde el día de ayer, creyó que tal vez solo había sido él el que tenía la fecha y los recuerdos presentes, pero por como iba aconteciendo el día se había dado cuenta que no era así.

No quería que acabaran mal por esa razón. No aún más.

Sabes que te puedo llevar en coche si la lluvia se pone muy mal, ¿no?— sugirió.

—No— le volteó por primera vez— Estoy bien, gracias. Además— se volvió a distraer— Sabes que si la lluvia se pone muy mal es malo siquiera salir en auto, usualmente se inunda y es peligroso...

Un ápice de preocupación.

El ambiente ensordeció, y ambos muchachos buscaron distraerse con unas últimas cosas antes de que la situación se volviese más incómoda.

Mariana preparó la mezcla de semillas del pollito, mientras que Foolish ordenó el corral y casita de este.

No se hablaron, no se vieron.

Al cabo de un rato, el castaño comenzó a juntar sus cosas en silencio, dispuesto a irse de aquella casa por, al menos, ese día. Sintiéndose abrumado y agobiado solo quería llegar a su hogar a descansar aunque tampoco le emocionara, después de todo no tenía nada que hacer, pero simplemente quería apartarse de aquel lugar por un rato.

Y lo habría hecho de no ser porqué un ruido se presentó arruinando su plan.

El constante e intenso goteó de la lluvia apareció repentinamente. La oleada de agua había entrado con fuerza, como un directo cubetazo de agua, caían estrepitosamente golpeando contra el pavimento, la acera, las ventanas y el techo.

Los ojos de ambos muchachos se ensancharon con sorpresa por la repentina llegada del agua.

Mariana se levantó de su lugar y yendo directamente hacia la puerta la abrió de par en par dejando ver aquel torrente que inundaba el exterior.

En silencio, Foolish caminó situándose detrás de él viendo la escena. Sabía que el plan original del muchacho no se iba a completar.

Podemos ver si se calma un poco y luego te llevo en auto— habló suavemente.

—Sí, supongo que sí...— cerró la puerta para volver a adentrarse en la casa.

Las horas pasaron.

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