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Hyoma despertó en medio de la noche, simplemente los fuertes latidos en su pecho no lo dejaban dormir. Desde hace unos días que se sentía de esa forma, tan cohibido cada que tenía un momento a solas con Kunigami y para ser sinceros, no entendías la razón o quizás sí, pero se rehusaba aceptarla por el temor de perder su amistad.

Jamás creyó que encontraría a alguien con quien pudiera congeniar de esa forma, donde no había necesidad de las palabras para entenderse, pues con la mirada ya se habían dicho todo. Todo habían empezado como una alianza, pero con el paso del tiempo... y esas cenas que compartían, las victorias que le pertenecían a los dos, conocer los ideales tiernos del héroe, todo eso, fueron los factores que sirvieron como ablandador para su corazón y empezó a verlo con otros ojos.

Admirando su fuerza y determinación, apreciando esa amabilidad que le brindaba y siendo feliz junto a él cada que presentaba la oportunidad.

Se sentía como un niño tímido que descubre por primera vez que alguien le gusta y esconde sus sentimientos lo mejor que puede, aunque para ser sinceros no estaba seguro si estaba siendo lo suficiente conveniente para pasar desapercibido.

Era obvia su mirada y el sonrojo en sus mejillas que le costaba desvanecer... Los suspiros que justificaba como cansancio y su conformismo por tener tan poco de el pelinaranja.

Bachira ya había hecho algunas bromas sobre ellos dos cuando Kunigami no estaba presente, decía que era muy curioso que uno fuese llamado "héroe" y el otro "princesa", era como si sus sobrenombres hubiesen sido diseñados para encajar de una forma tan cliché, pero perfecta que en vez de que riera, sintió las orejas arder y como método de defensa golpeó el estómago del contrario para salir huyendo del lugar.

No, no podía aceptarlo y aún así...

Cada noche se perdía mirando el rostro apacible de Rensuke, quien dormía a su lado. Siempre tan tranquilo, sin remordimientos en su mente que lo torturasen.

Sí, él no tenía nada de que preocuparse. Aquí el único idiota había sido él porque él era el único agobiado por mantener ocultos sus sentimientos evidentes.

Continuó observando a Kunigami y ante la tentación, acercó una de sus manosbpara intentar acariciar el rostro ajeno, pero se detuvo cuando salió un suspiro bastante pesado que le erizo la piel al sentir su aliento cálido rasparle. Encogió su mano tratando de disipar la emoción naciente y quiso terminar su intencion, pero de nuevo se fue abruptamente cortada cuando el entrecejo del héroe se frunció.

¿Qué estaría soñando?

—Hyoma...— escuchó con grave voz y se asustó tanto que se encogió con rapidez y se cubrió con la cobija.

Él... había dicho su nombre.

¿Se habrá dado cuenta? No, era imposible.

Abrió una pequeña abertura entre él y la cobija y espio un poco dándose cuenta que el pelinaranja seguía durmiendo, pero continuaba igual de inquieto.

—Hyoma...— volvió a escuchar con mayor claridad y sintió que el corazón le iba a explotar.

Además... ¿Qué era ese tono?

Dios..., jamás lo había llamado por su nombre de pila. Escucharlo de esa forma le había causado estragos que difícilmente podía contener.

Kunigami suspiró con pesadez y soltó un jadeo.

¿Estará teniendo una pesadilla?

Volvió a estirar su mano y fue en ese momento que vio como Rensuke empezaba a despertar, el pánico fue tal que cerró los ojos con fuerza y fingió dormir.

Sintió la pesada mirada del héroe sobre él, como si estuviera analizando hasta el detalle más minúsculo en su anatomía y Chigiri sólo rogaba porque no descubriera que sólo estaba fingiendo.

"Por favor, que vuelva a dormir pronto o moriré de un infarto"

Gracias al cielo, las luces estaban apagadas, así no se daría cuenta de cuan rojo tenía el rostro y de lo muy nervioso que estaba. Trató de calmarse para que sus latidos no fuesen escuchados, aunque estos no se detuvieron y empeoraron cuando su compañero se acercó a él y con cuidado retiró uno de sus mechones para pasarlo detrás de su oreja.

Apretó más fuerte los ojos y al fin sintió como el pelinaranja se levantaba y se retiraba a toda velocidad.

¿Qué estaba pasando?

No era la primera vez que Rensuke se levantaba a la mitad de la noche y regresaba bastante tiempo después. Tenía cierta intriga en saber que era lo que hacía pues casi siempre la hora coincidía, sin embargo, quizás no era de su incumbencia, además...¿Cómo demonios iba a justificar que sabía la hora en la que él se despertaba?

Se enderezo sobre el futon y se quedó bastante pensativo sobre todo lo que había ocurrido en los últimos días.

El héroe ya le había dicho que todo entre los dos estaba bien, pero aún así... le resultaba inevitable no considerar la idea de que quizás lo estaba evitando. Los silencios ahora eran más prolongados y el pelinaranja se notaba bastante pensativo, quizás se carcomia la cabeza sobre lo que les deparará el futuro encerrados en ese cruel proyecto para desarrollar al mejor delantero, pero si era sincero, prefería que compartiera esa preocupación con él para hacerla más llevadero.

Continuó sumergido en su mente hasta que levantó la mirada levemente y descubrió como esos ojos lo estaban viendo desde la puerta de entrada. Su corazón volvió a latir con fuerza y apretó los labios como si no supiera que decir.

Lo había atrapado, aunque no precisamente haciendo algo malo. Tenía muchos pretextos para agarrar y salir bien librado, pero todos esos se borraron de su cabeza cuando Kunigami se acercó y se arrodilló junto a él.

—¿Te desperté?— preguntó con preocupación y Chigiri negó con la cabeza. Era él, el que debía preguntar eso —Entonces... ¿Qué te tiene despierto a estas horas?

Hyoma posó sus ojos magenta en los contrario y no supo qué decir. ¿Cómo responder que era él el motivo de sus desvelos?

No, no podía, pero...

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