Quería entender, quería saber y comprender la razón por la que todos los días sin falta sus ojos se perdían entre las hebras rosadas que jugueteaban a su alrededor, porque no podía quitarle la mirada de encima y se sentía avergonzado cuando Chigiri lo atrapaba.
Estaba perdiendo la cabeza y para esas alturas pensar que estaba loco no era tan descabellado. Los sueños se habían detenido y por dios que lo agradecía porque no tenía ni idea de como continuar con su amistad si todas las noches era presa de sus propios deseos infames.
No lo odiaba, perderse todas esas noches entre el frustrante placer que apenas era aliviado por su mano era una sensación que pedía más atención. Pero no era correcto y tampoco es como si supiera si habría otra forma de acabar con aquel embrujo, tal vez era por el hecho de que aún era un maldito virgen que había empezado a tener esos sueños, que sus hormonas estaban tan alteradas por la adrenalina del deporte que únicamente se liberaban de esa manera tan ineficaz e insuficiente.
Arg... estaba siendo patético y una despreciable persona por atreverse a ver a Hyoma con esos ojos lujuriosos, pero...
—¿Ya lo sabe?— una pregunta lo sacó de sus pensamientos inquietos y alzó la mirada para encontrarse con Reo. —Por tu expresión puedo asegurar a que no se lo has dicho—
¿Decirle qué? No estaba entendiendo a que se refería o porqué de pronto le había soltado esa pregunta incompleta. Sin embargo y para suerte de Kunigami, el pelimorado se había percatado de que no se dio a entender como lo había pensado.
Tal parece que el héroe era un poco lento para este tipo de cosas.
Soltó un suspiro y se sentó a un lado para empujarlo juguetonamente con el hombro.
—¿Enserio crees que todos aquí somos idiotas?— soltó una pequeña risa y pasó su brazo sobre los hombros del más alto para atraerlo más a él —La manera en que lo miras— señaló con la cabeza a la princesa que se encontraba ejercitando y haciendo sus estiramientos para evitar que su lesión en la rodilla empeorará.
Los ojos de Rensuke brillaron con cierta emoción y su corazón palpitó con fuerza al ver esa sonrisa asomarse por un comentario por parte de Bachira.
—¿Te gusta, no?— preguntó directamente y el héroe volteó tan rápido que casi se tuerce el cuello. Las mejillas las tenía de un bonito color carmín y sentía las orejas arder por lo repentino del comentario.
¿Qué fue eso?
—¿De qué...
—Es más — volvió a interrumpir —Me atrevería a decir que estas enamorado —
Aquel comentario solo había enfurecido aún más el color que invadía su piel, toda esa expresión avergonzada era digna de un poema y para ser sinceros le causó cierta gracia a Mikage, pues era tan evidente que ni siquiera había pensado en esa posibilidad hasta que él la mencionó. Debía admitir que la ingenuidad de Rensuke le sorprendía muy de vez en cuando.
—No es lo que tú crees— dijo en un susurro y eso sólo le provocó más gracias a Reo, quien empezó a reír mientras le daba palmadas escandalosas a su compañero.
—¿A no?— siguió con aquellas risotadas provocando que más de uno en el complejo volteara a verlo —¿Qué pasa? ¿Aún no te das cuenta de lo que sientes por él, verdad?—
—Y...yo— Rensuke bajó la mirada buscando la respuesta en el jugueteo ligero con sus dedos.
La respuesta era aún más complicada que eso. Simplemente no podría decir si estaba enamorado o no, si estaba confundido o un poco perdido con respecto a la dirección de sus sentimientos y eso, sumado a los sueños donde el dueño de sus fantasías era Hyoma, volvía todo un verdadero y absoluto lío.
¿Qué podía contestar? ¿Sí? ¿No? ¿Sólo estaba siendo presa del momento? Arg...
Todo era tan difícil
—Oh hombre— Reo recargo todo su peso y soltó una bocanada de aire —Puede que seas bueno para el deporte, pero para esto...— hizo un ademán con la mano y se encogió de hombros
—Hablas como si fueras un experto— contestó a la defensiva
—No lo soy— afirmó con toda la tranquilidad del mundo —Pero sé lo que esa mirada significa porque...— señaló los ojos anaranjados de Kunigami para después posar su mano en su pecho —Es lo misma que hago cada que miro a Nagi— sonrió con dulzura para después soltar un suspiro.
—Tú...— trató de atar los cabos sueltos, pero por lo repentina de la situación realmente le estaba costando seguir el ritmo de la conversación
—Él ya lo sabe— acompleto —No es como si fuéramos muy discretos ¿Sabes? — soltó una pequeña risa —Yo me arriesgue, con el miedo de perder al tesoro que yo había encontrado y... me parece que solamente gané
—Yo...— se aclaró la garganta y volvió a dirigir su vista hacia Chigiri —No estoy muy seguro de lo que siento. Cuando estoy con él me siento tranquilo, valiente, me brinda esa confianza que necesito para seguir en este proyecto de mierda. — hizo una pequeña pausa —Él ha sido el único capaz de entenderme, de comprender mi sueño y de animarme a realizarlo. Su sola presencia alivia la constante ansiedad que siento de quedarme atrás y es su sonrisa la que...— se quedó callado unos cuantos segundos hasta que finalmente negó con la cabeza —No quiero perderlo como amigo por no saber qué es este sentimiento. Sé que sonará muy cobarde para alguien que quiere ser un héroe, pero... no puedo hacerlo, no puedo darme el lujo de arriesgar el todo por un nada
—Ya veo— Reo escuchó atentamente y aunque era evidente, sabía que no podía intervenir pues era él quien se tenía que dar cuenta de todo.
Era obvio que es mutuo. Sólo habría que observarlos para saberlo.
—La respuesta esta más cerca de lo que parece. Sólo...— le palmeo el hombro —Ten paciencia

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Sueños
Fiksi PenggemarDurante las noches cuando Kunigami pretende descansar y tratar de olvidar esos ojos magenta, a sus sueños se cuela el recuerdo de ese precioso ser y entonces le muestra sus más oscuras fantasías.