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-Rensu...- sintió como una pequeñas manos jugueteaban entre sus cabellos con ternura y calidez -Despierta, amor- sintió unos suaves besos sobre su frente y poco a poco fue abriendo los ojos sólo para encontrarse con aquellas iris magenta viéndolo con mucha atención.

Su corazón brincó con cierta emoción y le dedicó una ligera sonrisa.

Debía admitir que no estaba entendiendo que era lo que pasaba o como habían llegado a esa situación en la que se sentía especialmente cómodo. La tranquilidad y paz que lo estaba embargando era indescriptible, jamás se había sentido de esa forma, tan nervioso y emocionado al mismo tiempo.

-Has dormido casi todo el día - se escuchó una pequeña risa por parte del pelirrosa y aquel melodioso sonido endulzo su alma.

Dios... ¿Por qué sentía ese calor en sus mejillas?

Quiso levantarse, pero al momento de percatarse que estaba sobre el regazo de Hyoma desistió y continuó apoyando su cabeza en el mismo lugar, acción que le volvió a causar gracia a la princesa y de nueva cuenta volvió a reír mientras retomaba las pequeñas caricias sobre la mata de cabello anaranjada.

Kunigami cerró los ojos disfrutando del tacto ajeno y simplemente se dejó llevar por aquellas sensaciones placenteras que estaba recibiendo.

"¿Te gusta, no?"

Su entrecejo se frunció al recordar aquellas palabras que parecían lejanas a su realidad. Estaba seguro que las había escuchado en algún momento, pero no podía recordar en qué o cómo las había recibido. Igual, no importaba; en ese momento se sentía bien y no quería arruinar el buen ambiente que los estaba rodeando.

"Es más... me atrevería a decir que estas enamorado"

Pero...

"¿Aún no sabes lo que sientes por él?"

Él...

Volvió arrugar la frente mientras trataba de comprender lo que estaba pasando por su acelerada mente. Sin embargo, el terso tacto de Chigiri parecía hacer que olvidará todos esos pensamientos, pues estaba seguro que no volvería sentirse tan seguro como lo estaba entre esos brazos.

¿Desde cuando se sentía de esa forma?

Suspiró...

Hyoma siempre le había dado esa sensación de sentirse en plenitud y completo. Disfrutaba cada minuto que compartía con el pelirrosa y estaba seguro que ambos se entendían con envidiable perfección.

Incluso, había ocasiones en las que sentía que ese entendimiento iba más allá para complementarse el uno al otro y...

Sí, le gustaba Chigiri Hyoma.

Espera...

Volvió abrir los ojos ya un poco más inquieto y el de mirada magenta ladeo la cabeza con cierta confusión.

-¿Qué ocurre, amor?- preguntó con preocupación al ver cómo Kunigami lo observaba como si tuviera monos en la cara.

El héroe estaba aún más desconcertado, parecía que empezaba a ser consciente de la situación. ¿Qué era lo que había pensado?

Se enderezo y volteó buscando la mirada ajena.

Sintió el corazón palpitar con fuerza, sus mejillas se enrojecieron con furia y la opresión en su pecho fue tal que sintió un poco de dolor.

Apreció cada detalle en el rostro contrario y quedó encandilado al apreciar ese precioso color de ojos y el aliento quiso abandonarle cuando miró esos pequeños labios que moría por probar. Si esto era un sueño, se aseguraría de disfrutarlo, de saborear el dulce sabor de haber descubierto sus sentimientos por aquel quien lo había apoyado en todos esos días que sintió que cualquier momento iba a claudicar.

Sí, le gustaba Chigiri Hyoma.

Se acercó con cuidado y lo acuno entre sus manos, seguía sin poder creer cuanta belleza se escondía detrás de esas hebras rosadas que caían con armonía sobre sus hombros y que se endulzaban con el aroma de los petalos de cerezo cayendo a su alrededor en una imagen tan irreal que parecía estar en el Edén mismo.

¿Cuánto tiempo llevaba sintiéndose de esa forma? ¿Cuánto tiempo llevaba sin notarlo?

Estaba perdido de mil maneras distintas.

Sí, le gustaba Chigiri Hyoma...

Era un idiota por no haberse percatado antes.

-Me gustas mucho, Hyoma- susurró cuando la cercanía parecía ser tan corta que de un fino hilo dependía de esa poca cordura -Perdón, por haberme dado cuenta tarde- volvió a susurrar y finalmente selló las distancias en un suave beso que compartía todo lo que albergaba su interior; ese deseo y enamoramiento que ya no quería permanecer oculto.

Sus labios se amoldaban como si estuvieran hechos para recibir los ajenas y aquella danza que empezó siendo tierna, se trasnformo en un vaivén más apasionado pues ninguno quería separarse, aún si sus pulmones pedían un ligero respiro. Querían más del otro, tanto que no estaban dispuesto a querer separarse, pero lo hicieron, sus respiraciones eran erraticas y sus mejillas mostraban ese sonrojo que era la evidencia de un amor juvenil en pleno apogeo.

-Rensu, tú también...- habló la princesa entre murmuros -Me gus...

》👑《

Y despertó... sintiendo como su marca pasos natural galopeaba sin parar, tenía miedo de que el sonido fuese audible y quien estuviera a su lado escuchara todo lo que venía guardando. Aún no estaba listo para confesar y al ver ese rostro tan precioso como la más fina joya dormir tan apacible a su lado toda esa valía disminuía aún más.

Nunca pensó que lo llegaría aceptar, pero ya no había duda con respecto a sus sentimientos. Estaba perdido, estaba... enamorado.

Acercó una de sus manos y con cuidado de no despertarlo llevó una de esas largas hebras detrás de su oreja para apartarlo y no le causará molestias y que por supuesto, pudiera observarlo sin ningún reparo.

Sonrió.

-Me gustas...

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