Te tengo buenas noticias

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Armando, sin poder contener las lágrimas, clavo sus ojos con una furiosa mirada sobre Marcela, que a su vez lo miraba con temor mientras él se acercaba a paso firme y amenazante.
Margarita se levantó de su asiento, pero no sabía que hacer o qué decir para calmar a su hijo que evidentemente, había escuchado todo, y había sabido la verdad de la peor forma posible.

MV: (aparentando una calma que no sentía) Armando, que son esas formas de entrar, mi amor? me asustaste.

A: (siseando con rabia mientras seguía acercandose sin dejar de mirarla) no me llames mi amor y ya mismo dame esa carta Marcela Valencia.

MV: (haciendose la desentendida) de que carta hablas? No comprendo mi amor.

Armando llegó a su altura y ante la mirada sorprendida de Margarita y la asustada de Marcela, tomo a la última por el cuello, ejerciendo una ligera presión que poco a poco comenzaba a sofocarla.
Marcela realmente se asustó, jamás había visto esa expresión de ira y de odio en Armando, y cuando sintió que la presión de la mano de el sobre su cuello comenzaba a doler y a cortarle poco a poco el paso del aire, sintió verdadero terror de lo que pudiese llegar a hacerle.
Margarita también se asustó al ver la expresión y la reacción de su hijo, y aunque lo comprendía y sentía que Marcela merecía eso y más por lo que había hecho, sabía que si no lo controlaba, las cosas podían resultar muy mal, porque se dio cuenta que su hijo estaba tan dolido y tan enojado con Marcela, que sería capaz de cualquier cosa.

Armando por su lado estaba cegado por la rabia, la impotencia y el dolor, y realmente no media la fuerza con la que estaba apretando el cuello de Marcela, solo deseaba que ella le de carta para poder saber dónde localizar a Betty y salir de esa oficina para poder desahogar ese enorme cúmulo de emociones negativas que lo estaba desbordando en ese momento. Y el cinismo que ella, a pesar de todo, no perdía, le hacía hervir más la sangre, haciéndole sentir una rabia que jamás en su vida había experimentado y un enorme deseo de hacerle daño, que le estaba resultando difícil de contener.

MV: Armando suéltame, me estás lastimando!

A: (sin soltarla y con el rostro desencantado, le habla tensando la mandíbula) dame la carta.

MV: no se de que me hablas.

A: (apretando aún más el agarre y derramando lágrimas de impotencia y dolor) DAME MI CARTA MALDITA SEA! NO TENÍAS NINGUN DERECHO... NINGUNO MARCELA DE TOMARLA Y OCULTARMELA! ME QUITASTE LA UNICA POSIBILIDAD REAL QUE TUVE DE VOLVER CON BETTY Y MAS AUN, ME ROBASTE LA POSIBILIDAD DE SABER QUE IBA SER PADRE (apretando más su cuello inconscientemente) POR TU CULPA ME PERDÍ LA GESTACIÓN, EL NACIMIENTO Y LOS PRIMEROS MESES DE VIDA DE MI BEBE, NO SABIA QUE EXISTÍA, NO SE SI ES NIÑO O NIÑA NO SE NADA Y TODO ES TU CULPA... TU MALDITA CULPA!.

Marcela empezó a enrojecer, Armando estaba literalmente asfixiandola, el no se daba cuenta de la fuerza que imprimía sobre su cuello, su dolor y su impotencia eran tan grandes que no era realmente consciente de sus actos.Margarita que estaba realmente preocupada y asustada por el estado de su hijo, se acercó a él y tomándolo del hombro, intento calmarlo para que suelte a Marcela.

DM: Armando hijo, tranquilízate por dios!

A: (con rabia y dolor) no me pidas que me calme mamá, no después de todo lo que está mujer me ha hecho!

MV: Arman.. do... Suel.. suel.. ta.. me

DM: hijo yo comprendo tu dolor, y aunque no lo creas hasta yo me siento muy mal con esta situación, pero no puedes cometer una locura! (aprovechando la indefensión de Marcela, doña Margarita le arrancó la carta de la mano) aquí está la carta hijo, ahora por favor suéltala.

Armando miro a su madre y vio que efectivamente tenía la carta de Betty en sus manos, volvió su rostro hacia Marcela, y lanzandole una mirada asesina la soltó de golpe, cayendo ésta al suelo agarrándose el cuello y tosiendo con fuerza, mientras intentaba volver a llenar sus pulmones de aire.

Todo Por EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora