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Para ese sábado, día en donde la florería cerraba más temprano para poder disfrutar de su tarde

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Para ese sábado, día en donde la florería cerraba más temprano para poder disfrutar de su tarde. JungWon justamente estaba embriagándose con el olor de las infusiones que estaba remojando en su tetera, su cocina tenía una fragancia a frutos rojos que realmente le calmaba y los bollos de crema que había comprado de camino a casa esperaban junto a la cocina, planeaba tomarse una baño de sales minerales con té, bollos y un buen libro para relajarse. Aprovechó de regar sus pequeñas suculentas que estaban al borde de la ventana frente al lavaplatos y en pensar que hace bastante no iba al cementerio al ver la tumba de sus padres. En momentos así se preguntaba qué sería de su vida si ellos estuviesen consigo aún. Seguramente de igual forma sería alguien independiente, ya tenía 25 años, pero estaba bastante seguro que nunca habría experimentado el haberse enamorado del príncipe de Seúl y haber sido su novio a escondidas durante dos años. JungWon suponía que, si sus padres vivieran aún y no hubiesen fallecido en ese fatídico accidente automovilístico, él ahora estaría trabajando en una oficina y seguramente casado con alguna mujer, el simple pensamiento le hizo reír, le gustaba imaginar los posibles caminos que hubiese tomado, pero no se arrepentía de la vida que llevaba, intentaba sacarle provecho y ser lo suficientemente feliz.

Cuando sintió la tetera hervir, se apartó de sus plantitas no sin antes decirles adiós y apagó la cocina, vertiendo enseguida en una taza la infusión, acomodó en una bandeja los bollos y el té para caminar por su pequeña casa en camino hacia el baño donde estaba su bañera ya casi lista y con el libro que Sunoo le había prestado a escondidas de Sunghoon -ya que era de él-.

Sintió el olor de las sales y enseguida comenzó a relajarse, hace mucho no se daba un tiempo para si mismo. Dejando la bandeja en el pequeño mueble al lado de la bañera, estuvo a punto de desatar su bata para desnudarse cuando el teléfono fijo resonó por toda la casa. JungWon suspiró, soltando la bata y estirándose para cerrar la llave de la ducha, tomó uno de los bollos y salió del baño para caminar por su pasillo en dirección a la salita donde estaba el teléfono sonando mientras mascaba la dulce y rellena masa. Se sentó en el sitial al lado y tomó el teléfono, contestando la llamada con un saludo, sintiendo sus oídos pitar y alejando el teléfono al escuchar el estridente chillido de Jake en la otra linea.

"¡Dime que aún tienes tu vieja televisión!", Jake estaba agitado, podía escuchar el barullo detrás de la linea proveniente de un canal.

"Ouch, al menos dime hola...", se quejó con un puchero, su oído había dolido y por poco tiraba su bollo al suelo.

"¡JungWon, la televisión!", insistió el rubio, causando confusión en el ahora pelinegro.

"¿Por qué? Si la tengo, pero solo funciona como con dos canales..."

"¡El príncipe Ni-Ki está en vivo!", ante aquel gritito, abrió los ojos confundido, ¿qué tenía eso de interesante y por qué Jake, quien tanto insistía que ignorara todo de Ni-Ki, le decía aquello? Aún así la mención de Ni-Ki le hizo apretar los labios, pero intentó hacerse el desinteresado para no dejar ver lo mucho que le afectaba aún.

*°• ᴅᴏᴜʙʟᴇ ʟᴏᴏᴘᴇᴅ ᴏ - ᴡᴏɴᴋɪ •°* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora