Capítulo VII:
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MARIPOSAS
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Mariposa traicionera.
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Sasuke.
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―Así que. ¿Sakura, eh?―
―Ya lárgate, Kin― Murmure pasando la toalla por mi cabello aún húmedo.
Sentí sus caricias en mi espalda desnuda y un leve beso en mi cuello.
―Pensé que tendrías mejor gusto― Dijo venenosa mientras rozaba sus senos con mi espalda.
Me di media vuelta y la sujete de las muñecas con fuerza.
―Lo tengo ¿Por qué crees que no estoy contigo?― Le pregunte en forma irónica.
Ella entrecerró los ojos haciendo un leve puchero y se libero de mi agarre.
―Te vas a arrepentir― Amenazo mientras azotaba la puerta al salir de mi dormitorio.
Acabe de vestirme y tomé las llaves de mi coche, era sábado por la noche y la amiga de Sakura, Temari, haría una fiesta en su casa. Sakura me había comentado que Temari e Ino no eran muy buenas amigas, así que esta noche podría estar tranquilo con Sakura sin tener que ocultarlo, aunque ya me estaba cansando de este jueguito de las escondidas.
Aparque frente a la vieja casa y le mande un mensaje de texto a Sakura avisándole que estaba afuera, a los pocos minutos salió.
Creo que nunca la había visto más hermosa que esa noche.
Llevaba unas botas texanas negras. Una falda corta y ajustada color negra y un crop top color rosa. El cabello suelto y laceo y un maquillaje que resaltaba el verde de sus ojos. No pude dejar de ver sus labios rojos cuando se subió al coche.
― ¿Cómo me veo?― Comento mientras se acomodaba en el asiento del copiloto.
―Hmp―
― ¡Sasuke!― Me reto cruzándose de brazos, sonreí de lado y me acerque a ella.
―Hermosa― Susurre antes de besarla.
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― ¡Sakura!― Grito la rubia en cuanto atravesamos el umbral de la puerta y se tiro a abrazar a Sakura.
―Temari, hola― La saludo ―Él es Sasuke― Me presento sonriendo y yo tome su mano con más fuerza.
―Al fin conozco al famoso Sasuke― Bromeo la rubia ―Pasen―
Al entrar a la casa note la cantidad de personas que había allí. No entraba una persona más. En su mayoría eran estudiantes de la universidad. No había casi nadie de nuestro instituto, salvo Shikamaru, Chouji y algunos de los chicos.
Un par de horas más tarde la pelirrosa ya estaba algo mareada de tantas cervezas. Decidimos salir al jardín a tomar algo de aire.
―Sasuke, para. Sasuke― Me reto y apretó sus manos en mi pecho alejándome de ella.
