Capítulo 8

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Kuroro se encontraba recostado en un pasillo similar a una mesa de ajedrez, mientras que resto era negro pero lo suficientemente claro como para distinguir el lugar.

Kuroro se encontraba recostado en un pasillo similar a una mesa de ajedrez, mientras que resto era negro pero lo suficientemente claro como para distinguir el lugar

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El albino se intentaría levantar pero esto se le dificultaría, ya que sentía como todo su cuerpo le pesaba.

¿?: No te esfuerces, céntrate en descansar...

El chico miraría en dirección de la voz, notando a un joven con una capucha la cual le ocultaba parte de su rostro.

Kuroro: ¿Quién eres?

Kakose: Puedes llamarme... Kakose... si quieres...

El joven ahora identificado como Kakose se sentaría al lado del joven quien lo miraba extrañado.

Kakose: Debo admitir... que me sorprendiste hace un instante... no esperaba que pudieras usarlo.

El albino se sentaría y miraría confundido al otro sujeto, quien evitaba tener contacto visual con él.

Kuroro: ¿A que te refieres?

Kakose: El que usarás a Beelzebub por tu propia cuenta...

Kuroro recordaría lo que había pasado antes de desmayarse, a lo cual este miraría con seriedad al encapuchado.

Kuroro: Espera, eso significa...

Kakose: Si... eres un espíritu...

Kuroro: ¿Que...? No es posible.

Kakose: Chico vives con una chica que aparenta de 16 a 18 años pero sabes que tiene más que eso e invoca un libro que puede saberlo todo, peleaste con chicas que te pudieron haber matado y sigues vivo.

El albino se sorprendería por las palabras del sujeto, este tendría leves recuerdos viéndose pelear contra Tohka y las miembros de la AST.

Kuroro: Espera desde cuando...

Kakose: No recuerdas mucho... pero cuando escapaste de D.E.M. recibiste una herida mortal y Nia te dio parte de su sefira para salvarte... eres una clase de pseudo-espíritu y es por eso que no controlas aún tu poder... a menos que nos dejes ayudar.

Kuroro recordaría el momento en el que invoco a Beelzebub para proteger a Mikie, este había escuchado una voz que le guiaba en el uso de aquel libro.

Kuroro: Entonces fuiste tú...

Kakose: Si... fui yo...

El albino estaría por hacer otra pregunta pero este notaría como comenzaba a desvanecerse el lugar.

¿Espíritu...? Te equívocas... Yo soy... ¡Un demonio!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora