Capitulo 3 - Enloqueciendo.
2 meses después.
-Hola otra vez Luna.
-Hola.-Dijo fría y cortante.
-Mmmm otra vez de mal humor eh.
-Cállate Daniel.
-Esa no es manera de hablarle a tu psicólogo.
-Mira vos che.
-Ja, no voy a caer en tu juego, ¿Seguís sin tenerme confianza verdad?
-Usted es el psicólogo, tendría que saberlo.
-Que lista.
-Lo sé.
-Al parecer alguien está a la defensiva hoy, ¿puedo saber qué te pasa?
-Nada.
-Luna...
-Daniel...
-Bueno ya que no queres hablar, hoy te voy a dejar libre.
-Al fin.
-HEY.-Rio.- Entendeme me acabo de recibir y mira la paciente que me toca.
Luna sonrió y le dijo cruzándose de brazos.- La mejor y más sexy paciente del mundo, obvio.
-Luna...-Dijo llamándole la atención y sonriendo.
-Disculpe señor Daniel.
-Esta perdonada señorita Luna.-Dijo guiñándole el ojo y rieron los dos, después de eso hubo un incomodo silencio y Daniel continuo.- Mira Luna solo quiero que sepas que para mi sos muy importante y que yo estaré para vos, incluso cuando no me quieras cerca.
-Lo sé, y gracias.- Esas fueron las últimas palabras de aquella conversación, luna se fue con una sonrisa, y en vez de hacer el saludo de siempre de "hasta luego señor Daniel", se fue despidiéndose con un abrazo y sin decir nada.
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Desde el intento de suicidio obviamente las cosa cambiaron muchísimo, Alex decidió mandarla a un psicólogo con la esperanza de que pudiera recapacitar, pero su plan no estaba saliendo de lo mejor, ya casi no hablaban y si lo hacían era de las sesiones con su psicólogo, y de lo increíble que era y como era de esperarse Alex nunca llego a pensar que justo le tocaría el psicólogo más joven a ella. Por estas razones empezó a volverse más estricto, ya no la abrazaba como hacia siempre, no la iba a ver a sus clases de baile e intentaba mirarla lo menos posible, pero en realidad hacia todo esto para ver que reacciones tenia ella, quería saber si a caso le importaba un poquito, pero al parecer cada vez la cosa iba empeorando.
-Llegaste más temprano hoy.
-Sí.
-¿No me vas a contar como te fue?
-Como siempre.
-Luna quiero saber.
-Mira vos.
-Sabes que, me hartaste, te vas ya a tu cuarto y olvídate de las clases de baile.-Le dijo gritando.
-¿Qué? Pero... pero Alex, no me podes hacer esto, sabes lo que amo bailar y es lo único que me hace bien.
-Una lástima, ojala así aprendas a contestarme mejor.
-Y ojala vos aprendas a quererme un poco.-Le grito llorando y corrió a subir a su habitación.
Alex sin demostrar emoción alguna se quedo mirando como Luna se alejaba y una vez que escucho el ruido de cómo ella cerraba la puerta de su habitación dijo.- Lo siento princesa, no es tu culpa.
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Luna estaba teniendo un ataque de nervios no sabía qué hacer, no era solo por las clase de baile, era porque sentía que estaba sola, que la única persona en el mundo que la cuidaba no la quería, se sentía un estorbo, un problema, un maldito problema. Ella sabía que bailar lo podía hacer a escondidas, pero que las cosas vuelvan hacer como antes era imposible, no tenía a nadie con quien hablar, no tenia amigas, ya que desde el intento de suicidio todas se le alejaron, no tenia familia, no lo tenía a Alex, no tenía a nadie, pero entre la confusión solo se le ocurrió llamar a una persona.
-Hola ¿Luna?
-Daniel ayúdame por favor, no aguanto más, por favor.- Estaba casi agonizando, el dolor con el que hablaba era imposible de creer.
-Tranquila Luna, tranquila, contame ¿Qué paso? Estoy acá, tranquila.-Daniel no podía reaccionar, escucharla así era demasiado para él.
Daniel tenía 24 años y desde que conoció a Luna siempre le había parecido una chica muy hermosa, el siempre pensaba que si se hubieran conocidos en otras circunstancias seguramente la relación que tendrían sería muy distinta.
-Alex...-Fue lo único que alcanzo a decir.
-¿Alex? Explícame por favor, ¿Te hizo algo? ¿Pelearon? ¿Dónde estas?
Luna llorando y casi sin poder controlar su respiración le dijo.-Encerrada en mi cuarto, me quiero ir, por favor veni, por favor.
-Espérame y no digas nada.-Fue lo único que le dijo.
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Quédate Conmigo.
Romantiek“Para el amo no hay edad”, pero 20 años de diferencia ayudan a complicar las cosas. Quédate conmigo. Sinopsis: Luna Heredia tiene 15 años, y aun así con su corta edad tuvo que pasar por muchas cosas, pero hay una que dejara una marca muy grande. “Nu...