Parte II

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Una semana se cumplía del ingreso a la SECCION PROHIBIDA, la doctora Castro intentaba y evitaba ir a la habitación del experimento 7, por razones obvias, ella se ponía muy nerviosa ante la mirada y reacción del cuerpo de Yoongi, entendía y tenía muy en claro que era algo que no podía manejar, algo que simplemente era nuevo para él a sus treinta y tantos, algo que generalmente sufrían los adolescentes de catorce o quince años.

Aunque se sentía bastante bien y orgullosa de no sé que cosa por ser ella quien provocaba al muchachito.

O eso pensaba.

Puesto que siempre que iba a verlo le acompañaba el mismo chico, Cho HyunSeok, un guapo, legal y abiertamente Gay que no perdía el tiempo coqueteandole al paciente de la sala 93, seguramente el tenía el mismo pensamiento de Elizabeth, esa mirada profunda y la reacción de su gran y súper dotado miembro era por su hermosura y encantos, por eso no perdía el tiempo cada que iba a verle por alguna muestra de sangre.

— Sonaré muy desesperado si le pido su número.

— Dudo que tenga teléfono, y ya te ves desesperado con tanto toque y risitas nerviosas —respondio escribiendo en el papel.

— Que pesada, te falta sexo amiga —abrio la puerta dejando ver a Yoongi tocar la guitarra.

La habitación era cálida, siempre estaba a una temperatura aceptable para el, muy hogareña, pulcra pues el mismo limpiaba y ordenaba, era ahí donde más pasaba tiempo, el resto del día, en un cuarto blanco, frío y lleno de máquinas con cables que iban conectados directo a su cerebro.

— Buenos días Señor Min —saludo entre risas y coqueteos— este día está muy apuesto.

— Gracias, quería hacer algo diferente —miro a la chica que simplemente veía los signos vitales y anotaba en la papeleta sobre su brazo— Quería preguntar... ¿Podría salir está tarde?

— No creo que haya problema, usted está aquí por voluntad propia así que puede salir cuando quiera.

— ¿Tendría que ir con uno de ustedes?

— Quizás si, quizás no, todo depende de lo que diga el doctor Lee.

— Creo que sería más seguro si va con uno de nuestro personal, en caso que este en peligro y usted no dimensione como reaccionar —interrumpió ella conectando miradas

— ¿Peligro?

— Debido a sus escasos sentidos en la glándula Amygdala, usted no podría saber si está en riesgo o peligro, no reacciona al dolor, ni a la ira. ¿Por qué quiere salir?

— He pasado mucho tiempo aquí, encerrado, y me dieron unas ganas infinitas de ver el sol, sentirlo en mi rostro, el viento como rodea mi cuerpo o simplemente ver a los niños correr.

— ¿Desde cuando tiene estás sensaciones?

— Desde hace unos días.

— ¿Que más siente?

— Unas ganas imparables de besar a alguien.

— ¿A alguien que lo visita a menudo? —pregunto Cho con coqueterias

— Debemos irnos Doctor, ya tenemos lo necesario.

— Hablaré con el doctor Lee sobre su petición —camino junto a la chica— aguafiestas —murmuro a su compañera.

— Imprudente, estamos aquí para muestras médicas, exámenes, revisión diaria, no para enredarnos entre sus sábanas.

— Eres la única de todos nosotros que no tiene ganas de hacerlo, Eli, aunque algo me dice que solo es una fachada de tu parte —ambos se vieron con molestia— he visto como lo miras, como te saboreas cuando ves ese monstruo de falo excitante, goteando ese líquido que deseas tener en tu boca.

AMYGDALA        ᵀᵘ ᵐᶦ ᵐᶦᵉᵈᵒ, ᵐᶦ ᶦʳᵃ, ᵀᵘ ᵐᶦ ᵖˡᵃᶜᵉʳ   (4Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora