Capítulo 1: Un lindo minino

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A pesar de tenerlo todo algo le hacía falta. Tenía el trabajo de sus sueños: dueño de la disquera más importante de Nueva York. Vivía en una enorme casa donde tenía a tres perros y un montón de servidumbre que le atendía y mantenía su casa en orden. Además tenía al novio más lindo de todos, pero algo necesitaba, sí, algo le hacía falta.

Aquella tarde decidió acompañar a Mikey Way, uno de sus mejores amigos, al refugio para animales para el que trabajaba, no era que no tuviera nada qué hacer, pero quería distraerse, necesitaba salir al mundo real de vez en cuando, por lo que cuando Mikey le dijo que había llegado al refugio una extraña especie, no dudó en acompañarlo para saber de qué se trataba.

- Parece que es un gatito, pero es un tanto extraño – Comentó Mikey.

- ¿Qué puede haber de raro con un gato? - Cuestionó Frank.

Frank Iero sin duda lo tenía todo, pero a veces necesitaba llenarse de esas pequeñas cosas que hacía la gente "normal" y no los adinerados como él. A veces se cansaba de andar en fiestas exclusivas, de beber champagne y de pasearse por ahí con su lindo novio, ese chico de ojos azules al que ahora le producía su primer disco.

Mikey Way trabajaba con él, uno de sus mejores empleados. Le gustó el trato con él, un chico sencillo, fue por ello que se hicieron tan buenos amigos. Mikey lo ayudaba a poner los pies en la tierra.

En sus tiempos libres Mikey trabajaba en aquel refugio. Ahí había sido donde Frank había adoptado a uno de sus perritos, a la pequeña Cherry. Ahora lo acompañaba a conocer al gato "extraño" que había llegado al refugio.

Se imaginaba a un minino tal vez sin un ojo o sin una pata. ¿Qué podría haber de raro con un gato?

Llegaron al refugio y se adentraron al mismo, pasando por un extenso pasillo donde se hallaban algunas jaulas donde resguardaban a algunos de los animalitos del lugar en tanto encontraban un hogar. A Frank le gustaba el olor de ese sitio, lástima que Anthony no opinara lo mismo, si estuviera ahí con él seguramente ya le hubiese rogado que se fueran porque "huele a rayos".

- Es por aquí – Mencionó Jamia, la linda chica de baja estatura, tez blanca y cabello negro que se encargaba de aquel refugio.

Llegaron hasta el final del pasillo para dar con aquel extraño espécimen.

Frank se esperaba todo, menos lo que vio ante sus ojos. En una pequeña jaula, hecho un ovillo, se encontraba un chico completamente desnudo. Su piel era pálida. Su cabello castaño. Se sorprendió de ver ahí a un chico. ¿De qué estúpida broma se trataba? ¿Por qué tenían a ese chico encerrado en una jaula? Estaba por decir algo cuando Jamia abrió la jaula para dejar salir al muchacho. Gateando, comenzó a salir de la jaula con algo de temor, y fue sólo entonces que Frank se percató que ese chico tenía unas pequeñas orejitas de gato, así como una cola negra.

- ¿Qué diablos es eso? - Cuestionó Frank.

- Es un gatito, un gatito con cuerpo de humano. Es muy raro encontrarlos, pero los hay. Como este lindo minino – Mencionó Jamia.

- ¿Dónde lo encontraron? - Preguntó Mikey.

- Estaba a las afueras de la ciudad. Un amigo mío lo vio. Pensó que era un chico y cuando se acercó se sorprendió al ver sus orejitas y su cola. Me llamó y fui por él. Había oído de este tipo de gatos, pero nunca en mi vida había visto uno.

- Esto es una broma. Es un chico, no un gato – Dijo Frank.

- Te equivocas, es un gato con cuerpo de humano, aunque realmente su mente es más como la de un gato, es muy difícil que pueda hilar frases enteras, si acaso una palabra y su comportamiento es más similar al de un felino que al de un humano. Aunque parece un chico de aproximadamente unos 18 años, tendrá si acaso un año de edad. Es una especie extraña, es raro encontrarlos, porque vamos, la gente no quiere a un humano que se comporte como un animal. Algunos sólo los quieren para prácticas sexuales – Mencionó Jamia.

Frank estaba asombrado, nunca creyó que ese tipo de gatos pudieran existir.

El minino en cuestión salió con algo de temor de la jaula, mirando a los tres, primero a Jamia, luego a Mikey y finalmente a Frank. Los olfateaba, o al menos eso le parecía a Frank. De repente, aquel minino se puso de pie y dejó a Frank sin aliento, realmente era un chico muy hermoso y estaba ahí, completamente desnudo. Aunque destacaban esas orejitas y su colita. El minino lo miró con esos grandes ojos verdes y sin verlo venir se le echó a Frank a los brazos, y comenzó a olfatearlo en torno a su cuello. Frank ni siquiera sabía cómo actuar, quería alejar a ese chico de él, aunque por otro lado sentía una necesidad tan grande de cuidarlo y protegerlo.

- Parece que le agradaste – Dijo Jamia – A mí amigo y a mí nos costó traerlo hasta acá, nos rehuía y no dejaba que siquiera lo tocáramos.

- Deberías adoptarlo – Indicó Mikey.

- ¿Adoptarlo? - Cuestionó Frank.

- Sí, es un lindo gatito ¿o no? - Mencionó Mikey. Y sí, vaya que era un gatito muy hermoso. Pero cómo iba a cuidar de él y ¿qué iba a pensar Anthony de que tuviera a un gato con cuerpo de chico como mascota?. No quería tener problemas cuidando de ese minino, aunque cuando lo miró fijo con esos grandes ojos verdes, los problemas que le traería adoptarlo pasaron a un segundo plano. Era el gatito más lindo que hubiese visto en su vida.

Gatito (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora