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Eran las ocho de la mañana y Taehyung ya tenía la tienda completamente limpia y reluciente. Olía a desinfectante. Había utilizado un aroma de los aerosoles que vendían allí mismo, no se preocupaba en utilizar productos para ese tipo de cosas.

Namjoon debía agradecerle por ser un empleado completamente limpio. ¿En dónde más conseguirían a alguien como él? De seguro en ningún otro lugar alguien se preocupaba de mantener la tienda en perfecto orden y sin ningún tipo de suciedad.

—Muchas gracias por su compra —le sonrió radiante a las dos estudiantes que habían comprado un par de dulces. Les entregó el recibo, pero una de ellas no le soltó la mano. Le miró curioso, pensando en qué ocurría.

—Oppa... —la más bajita con fleco utilizó su voz más aguda revoloteando sus pestañas hacia Taehyung—. De casualidad...¿tienes redes sociales? ¿Instagram? 

¿Qué pregunta era esa? Todo el mundo contaba con redes sociales a esas alturas de la vida. Él por supuesto que tenía, aunque tan solo las utilizara para postear cosas de sus grupos favoritos de K-pop y alguna que otra selfie con Hoseok y Yoongi. No era un fanático, la mayor parte de su día lo usaba trabajando y llegaba a caer muerto a su cama.

La campanilla de la tienda sonó, pero no se percató al estar entablando la conversación con ambas chicas.

—Sí tengo —asintió, aun tratando de soltar el recibo para que ella lo recibiera.

—¡Genial! ¿Podrías darnos tu cuenta? Te pareces mucho a un idol famoso. Tu cabello es tan lindo y brillante —le comentó la otra chica con pecas—. Lo hablamos con las chicas, deberías postularte a un programa de talentos. Solo con tu belleza quedarías y tendrías todo nuestro apoyo en él.

—¡Votaríamos solo por ti! Eso está más que claro.

Taehyung se sorprendió con eso. Casi soltó una carcajada de lo descaradas que eran las escolares. En sus tiempos (hace pocos años, tampoco era un abuelo) si alguien decía eso era condenado de por vida y probablemente, le hacían un bullying amistoso entre chistes.

¿Él? ¿Un idol? Sabía que ahora estaba la manía de grupo tras grupo porque les estaba dando mucho dinero al país, pero no se consideraba alguien ciertamente tan atractivo, al menos no a ese nivel. No se maquillaba, su pelo tampoco era extravagante, mucho menos se vestía bien.

—Yo...—dudó—. Soy mayor de edad. Sería raro tenerlas en mis redes, ¿saben? —hizo un pequeño puchero que derritió completamente a ambas chicas, las cuales comenzaron a dar pequeños saltos a modo de protesta.

—¡Por favor, por favor! No te enviaremos mensajes —rogó la de flequillo, aun sin querer soltar el recibo. La pobre mano de Taehyung iba a caerse a ese paso. 

—Eres guapo, solo queremos ver tus fotos. ¡Nada más! Prometemos no hacer nada extraño.

—Además nos caes bien. Siempre nos atiendes de la mejor forma. Es la mejor tienda de conveniencia, todas venimos aquí. 

—¡Sí, sí! Siempre hablamos de eso con las demás.

Para ese punto, Taehyung era un completo tomate. No acostumbraba a tener esas situaciones. Le parecía algo adorable y a la vez muy vergonzoso. Tan solo movía la cabeza en negación con una sonrisa de disculpa. Claro que no se dejaría seguir por niñas de escuela. Sería extraño. Le gustaba su privacidad y sus quince seguidores, todos familiares y uno que otro conocido de la escuela.

—Lo siento —le hizo una reverencia, quitando su mano suavemente del papel. Las chicas prometieron no rendirse hasta conseguir lo que querían marchándose tras reclamar un poco más contra él. Aun así, se despidieron agitando su mano antes de desaparecer por completo quedando la tienda solo con el sonido de la música en el televisor. 

THIEF → taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora