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Ambos se encontraban demasiado enfrascados en aquel atardecer frío que comenzó a bajar demasiado pronto para su gusto, el día había sido extrañamente corto. Jungkook sorbía de su milkshake y Taehyung terminaba el último mordisco de su dona mirando hacia el juego de luces que comenzaba a verse demasiado mágico para la imaginación de ambos en medio de la ciudad. 

Taehyung hablaba sobre lo mucho que le gustaba la vista y en especial esa hora del atardecer. Cada cierto tiempo daba pausas para morder su dona mientras Jungkook respondía con monosílabos, no porque quisiese, sino por el contrario, era su forma de ser y por más que quisiera esforzarse, no podía.

—...y así Hoseok se mudó conmigo —terminó por arrugar la servilleta en sus manos cuando no quedó rastros de la dona—. Creo que hablé demasiado —soltó una risa nasal, algo avergonzado al darse cuenta de aquel detalle. Había contado el cómo es que vivía actualmente con su mejor amigo de primaria y el caos que había sido el proceso en cuestión. No se dio cuenta cuando la lengua no le paró. 

Jungkook en cambio mordió la bombilla de plástico de su ya vacío refresco.

—Está bien —suspiró—. Me gusta escuchar, así que —dijo con voz suave a pesar de que parecía un poco inquieto, por lo que Taehyung lo miró fijamente tratando de ver qué pasaba—. Creo que es hora de irme. Gracias por...esto —alzó el plástico en su mano y se puso de pie lentamente, demasiado rápido para su gusto. Se quedó unos segundos así, pensando en qué decir, no obstante, lo que salió de sus labios lo dejó un poco aturdido—. Adiós.

No dejó tiempo para que Taehyung pudiese preguntarle si le pedía un Uber. Quedó con las palabras en la boca y ni siquiera pudo responderle de vuelta porque el chico se volteó y caminó rápidamente, casi como si quisiera huir de él. 

Algo en su corazón se sintió un poco distinto. En el camino hacia su hogar no pudo darle respuesta a ello. Quizás hablaba demasiado, quizás se pasó un poco de confianzudo al momento de comprar ese combo de parejas enamoradas haciéndole sentir incómodo. No lo sabía y quería una respuesta rápida a su problema.

—Dios, ¿de qué funeral vienes? —escuchó a alguien preguntarle a penas puso un pie en el departamento. Al alzar su vista vio a Yoongi en la cocina preparando algo. Olía exquisito. Se despojó de sus zapatos como pudo—. ¿Qué pasa, Kim?

Taehyung tiró su bolso en uno de los sofás y se sentó derrotado en una de las sillas de la isla de la cocina. Recargó todo el peso de su mejilla en su mano suspirando.

—Me dieron un aumento.

Yoongi le miró incrédulo. Soltó una risotada al ver la expresión tristona que no iba en la ocasión.

—Mierda...eso...¡es genial, Taehyung! Diablos, en serio era lo mínimo luego de lo que pasó —le sonrió mientras salteaba unas verduras—. ¿Qué hay de malo en eso? Deberías estar feliz, en serio.

—Lo estoy.

—Tu rostro dice lo contrario.

El pelinegro hizo una mueca. Bien, quizás...solo quizás, estaba dándole demasiada importancia a sus emociones secundarias, él debería estar increíblemente feliz por ese aumento, podría tener más dinero para sus gustos y no verse tan apurado a fines de mes. ¿Qué ocurría con él?

—¿Hoseok está? —preguntó bajando la voz.

—No, tuvo que ir a la Universidad a una reunión. Vuelve a la cena, ¿por? —le miró confundido por la pregunta.

—Es por...Jungkook —dijo finalmente.

No es que desconfiase de su mejor amigo, para nada. Solo que...él era demasiado dramático y cuidaba de él como si fuese un niño pequeño a toda costa. Bien, sí, tomaba decisiones que ni un niño de diez años sería capaz de siquiera considerar, pero así era él. Yoongi en cambio era más pacífico, entendía, escuchaba y sus consejos eran una cachetada en la cara, siempre terminaban haciéndole cuestionarse su existencia. 

Yoongi apagó la cocina. Limpió sus manos en un paño y desvió toda su atención hacia Taehyung. 

—¿Hablas del lad-

—Sí. Jungkook. Ese es su nombre —interrumpió antes de que mencionara ese apodo tan horrible.

Yoongi pareció confundido, no comprendía. Lo primero que pasó por su cerebro, fue algún tipo de shoock traumático por su ''asalto''. 

—¿Qué pasa con él? ¿Lo viste de nuevo? 

—En realidad sí. Sé que no me vas a tirar la silla por la cabeza si te digo esto —lamió sus labios, nervioso—. Yo lo invité a tomar un café. Antes de que digas algo, ¡lo sé! Sé que soy una persona inconsciente y creo que nadie haría eso en su sano juicio —se adelantó—, pero...en serio creo que todo pasó de mala manera. Digo, él no quiso hacerlo realmente. Lo invité porque quise darle una segunda oportunidad, quizás poder entenderlo. Es joven, supongo que tiene mi misma edad, no lo sé, quiero saber el por qué, solo eso. Y quizás...solo quizás es guapo.

—Okay —el mayor pareció tratar de digerir lo que estaba escuchando. Se recargó en la isla, dándole toda la atención al problema—. Entonces vienes de haberte visto con él —fue una afirmación más que una pregunta.

—Ahá —prosiguió—. Creo que...no lo agradé. No sé. Lo sentí muy esquivo hacia mí. Yo hablo mucho, lo admito, pero creo que me pasé un poquito y lo hice sentir ¿incómodo? Al despedirnos siento que casi huyó de mí.

—O puede que él sea una persona introvertida y se haya sentido abrumado con eso —se encogió de hombros—. No lo conozco, pero no creo que hayas sido tú el problema. A veces las personas no saben cómo afrontar ciertas situaciones. Si aceptó salir contigo, es porque quería, nadie lo obligó.

—Supongo.

—Creo que le estás dando muchas vueltas, Tae. Mira, tienes que analizar la situación completa, desde todos los puntos de vista. Yo siento que va más allá de ti o tu actitud, creo que quizás es una persona más cerrada. Pero, eso debes averiguarlo tú —finalmente, Yoongi comenzó a sacar platos de los muebles—. Aunque sí, sigo pensando que eres un maniático por juntarte con él, por Dios Taehyung, hay tantos hombres en el mundo y eliges el que te robó.

—Shh, guarda silencio o comenzaré a cobrarte renta por estar aquí —bromeó, poniéndose de pie para ir a darse una ducha. Ciertamente, debía despejarse con algo.

—No es mi culpa que ustedes par de bobos no sepan cocinar. Vengo de buena fe.

—¡Lo sé, Yoongi! —exclamó metiéndose directo al baño. 

Quizás una buena ducha caliente lo haría despertar de su forma de pensar. Había tomado la situación demasiado personal cuando él no conocía ni siquiera un poco de la realidad de su nuevo...¿conocido? Diablos. No sabía cómo llamarlo. 

Decidió dejar de pensar.



THIEF → taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora