Capítulo 3

1.3K 112 27
                                    

Kasper:

Cuando los recuerdos de mi infancia dejan de atormentarme decido llamar a Alastair de nuevo, creo que ha llegado el momento de confesarle lo que realmente a pedido el príncipe Karsten a cambio de su apoyo.

-¿Qué sucede majestad? - Pregunta él de inmediato.

-Hace poco me preguntaste acerca del por qué el príncipe quería ayudarnos, al inicio pensé que lo mejor era que solo yo conociera el pacto, pero a medida que pasan las horas me sigo preguntando si hice lo correcto, soy consciente de que he perdido a mi reino, mi maldición esta fuera de control y mis horas están contadas sin tener a Evangeline para que me estabilice, así que quizás solo termine muriendo en este bosque sin honor ni gloria.

-Vos siempre has sido glorioso majestad-Interrumpe Alastair.

-Agradezco tus palabras de consuelo pero en este momento no las necesito, lo que necesito es que las condiciones de esta guerra cambien, porque honestamente cada vez que visualizo como será el enfrentamiento contra Isis nos veo perdiendo.

 -Os estas subestimando demasiado majestad.

-No es eso Alastair, acaso nunca te has preguntado ¿Por qué a pesar de haber encontrado a Evangeline no he matado a Isis?

-Porque lady Evangeline no era suficientemente poderosa para controlar vuestra sombra.

-No, ella si lo era, pero nunca he sido capaz de ir en contra de Isis o hacerle daño, porque he sido parcialmente responsable de todo el daño que ha sufrido a manos de mi...Olvídalo solo no puedo matarla yo.

-Pero ella os torturaba cada vez que os brindaba su poder para controlar vuestra maldición, yo lo veía majestad.

-Eso es solo porque ella a sufrido más que yo - Respondí.

Alastair simplemente asintió en silencio, eso me facilitaba más las cosas, nunca me ha sido fácil explicar la relación que hay entre Isis y yo.

-Como sea, el príncipe me ha pedido que ceda a él toda la región suroeste como recompensa por su apoyo a mi causa, en un inicio me sentó mal, pero después de todo ese territorio lo obtuvimos al conquistar a los nirqueses, siempre podemos seguir conquistando otros territorios, además desea que lo apoye a él en su campaña para coronarse como el heredero del reino Dragiclu.

-¿Y no desea nada más? siento que le falto pedir tu corona también- Dijo frustrado Alastair.

-Si estuviéramos en condiciones normales ni siquiera consideraría su propuesta, pero teniendo en cuenta que hemos sido traicionados por los nuestros, sus pedidos no me parecen tan descabellados.

-¿Te ha asegurado que con eso será suficiente para cubrir su apoyo?- Pregunto Alastair.

-Me ha dado su palabra y no tengo de otra más que confiar en él.

-Si esos son los deseos de mi rey, los apoyo completamente.

-Gracias Alastair.

-Llevaba tiempo sin escucharlo agradecer a nadie majestad.

-Supongo que esta situación me ha ablandado un poco.

Con ese último comentario ambos reímos.

-Majestad - Grita uno de los soldados afuera de la carpa.

-Adelante - Respondo.

El soldado entra y se inclina antes de darme las noticias que trae.

-Majestad hemos encontrado al conde de Rutherford cerca del lago negro, acompañado por su ejercito personal. ¿Qué desea que hagamos? - Pregunta.

-Traedlo, pero antes pídanle al príncipe Karsten que les preste a algunos de sus soldados - Ordeno.

Unas dos horas después el ejercito que envié en busca del conde Rutherford regresa custodiando a este ultimo, al verme no se sorprende y comprendo de inmediato en que bando se encuentra al no recibir ninguna reverencia de su parte.

-Debo suponer que estaba en una expedición para encontrar aquel ingrediente del que su hijo necesita tanto y no para ofrecerme su apoyo a mí.

-Así es - Responde él.

-Me decepciona que mis queridos condes Rutherdord tomaran partido de mi esposa y no del mío, siempre os jactaste de vuestra fidelidad a mí.

-Eso era antes de que vos lo perdierais todo por una mujer.

-Es curioso que eso lo diga el hombre que se deja mandar por la suya.

Lo molesto para exaltarlo pero él escoge quedarse en silencio.

-Tiene un minuto para decirme por qué no debería matarlo por traición.

-En cuanto lo haga mi esposa lo matara a usted - Responde él.

-Su esposa ni siquiera podría alcanzar a parpadear antes de que yo la mate a ella.

-No creo que eso sea cierto, después de todo, mi amada condesa tiene más poder sobre usted del que puede imaginarse.

-Su esposa no tiene absolutamente nada que me pueda hacer impedir matarla a ella y a usted - Afirmo con total seguridad.

-Por favor revise mi bolsillo - Pide él.

Dentro hay una pequeña nota arrugada, al abrirla reconozco de inmediato la letra que hay en su interior.

-Estoy viva.- Att: Evangeline.

Esas dos palabras lo cambiaron todo.

Nota de la Autora:

Hola a todos, espero que se encuentren muy bien, quiero iniciar disculpándome porque esta historia ha estado  pausada por seis meses, no era mi plan inicial, de hecho quería terminarla rápidamente porque ya tenía estructurada toda su secuencia pero por algunos problemas personales no me vi con la capacidad de seguirla, espero me comprendan y puedan seguir apoyándome, muchas gracias a todos los que se han mantenido al pendiente de la continuación de en las garras del rey, esta vez les puedo asegurar que las actualizaciones si serán constantes.

No olviden votar y comentar

Gracias;)

Los Secretos del Rey (#2) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora