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Capítulo 3

Reputación

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Liu Shan empezó a bordar en la tela con su aguja e hilos, mientras que Shen Ruo cerraba los ojos y dormía, acomodando los recuerdos del dueño original.

La dinastía actual comezó con Da Yu¹, hace veinte años, cuando se fundó el país, mucha gente murió en la guerra y hubo una sequía, por lo que el difunto emperador redujo el impuesto sobre los campos durante diez años, para permitir que la gente se recuperara.

Como se trata de una zona meridional, el arroz es el principal alimento, pero como los campos no son fértiles, el rendimiento es muy bajo, y la producción de arroz es de sólo dos taels por acre.

La abuela de Shen Ruo era maestra de Historia, y el llegó rápidamente a una conclusión tras aprender de ella desde niño.

Esta época debería ser similar a la Dinastía Song², donde un tael pesaba cuarenta y nueve kilos, y un acre de tierra rendía noventa y ocho kilos de grano si estaba bien cuidado.

Esto ni siquiera se acerca a los mil catties por acre modernos, pero lo que sorprendió a Shen Ruo fue que aquí ya habían camotes, que el dueño original de este cuerpo solía comer.

Shen Ruo recordó que cuando era niño, su abuela siempre le secaba unos camotes para que los comiera como tentempié, siempre que veía los camotes, su abuela le contaba la siguiente historia: Estos camotes fueron introducidos por un erudito de Fujian llamado Chen Zhenlong, en el año 21 de la Dinastía Ming³ de Wanli⁴, lo que cambió directamente la dieta del pueblo chino.

Shen Ruo pensó para sí, que el autor de la novela a la que había transmigrado, no debía de haber hecho bien su tarea, pero con los camotes, la mente de Shen Ruo se concentró en pensar los diversos platillos que se elaboran con ellos.

Los camotes son buenos, se pueden moler para hacer harina, o se pueden secar y cortar en trozos para hacer papilla.

También se pueden comer sus tallos y hojas, Shen Ruo recuerda que, cuando era niño, su abuela le llevaba al huerto a arrancar las ramas de los camotes para comérselas.

Cuando era pequeño y travieso, se ponía de cuclillas junto a su abuela mientras arrancaba las ramas verdes de los camotes, y convertía las ramas en un collar para colgárselo en el cuello, y le hacía uno a ella también.

De vez en cuando, su abuela sonreía impotente, golpeando con el dedo la frente de Shen Ruo y le reprendía:

— Eres un niño travieso, no puedes jugar con la comida, ¿entendido?

Y cada vez que lo reprendía, Shen Ruo sacaba juguetonamente la lengua.

Sólo cuando creció, comprendió las palabras de su abuela, que decía que los que habían vivido la hambruna tenían en gran estima los alimentos que podían comer.

Al volver a pensar en su abuela, a Shen Ruo se le llenaron los ojos de lágrimas, puesto que había vivido solo desde que ella murió, cuando él tenía catorce años. Pero en los tiempos modernos, ya había aprobado el examen de funcionario de acuerdo con los deseos de su abuela, y aunque ahora había transmigrado a este lugar, al menos todavía tenía la oportunidad de vivir.

Su abuela debe estar feliz por él.

Shen Ruo miró al pequeño que dormía a su lado, aunque todavía estaba arrugado, una mirada más atenta mostraba una estructura ósea bonita y apuesta.

Era él quien había traído al pequeño a este mundo, y un fuerte sentimiento de responsabilidad había surgido en su interior.

La somnolencia podía transmitirse, y Shen Ruo tenía tanto sueño que sus párpados volvieron a caer, llevándolo al país de los sueños.