¿muerte?

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En lo profundo de la selva Amazónica, una modesta choza se alzaba en una pequeña parte plana de la jungla, frente a la choza, estaban dos personas sentadas frente a una fogata, hablando cálidamente mientras miraban en dirección al fuego.

Las dos personas eran un hombre y una mujer, el hombre tenía rasgos asiáticos, con una gran masa muscular, bajo de estatura y semblante amable, la mujer, por otro lado, era una completa belleza, cabello dorado, cuerpo esbelto y alto, y rasgos europeos.

Sin embargo, la serenidad del lugar se vió interrumpida por una nave que pasó sobre las cabezas de los dos, alarmandolos y haciendo que dejaran de hablar, "¿desde cuando hay alienígenas en este planeta?" preguntó la mujer, viendo como más y más naves pasaban, tanto grandes como pequeñas.

"No estoy seguro, sin embargo, son muchas" respondió el hombre, levantándose, al mismo tiempo que a lo lejos se podían escuchar explosiones y disparos.

"Hay que hacer algo, los nativos de estas tierras no podrán hacer nada contra ellos"

"Thena, no podemos interferir en asuntos humanos, recuerda lo dicho por Ajak". le dijo el hombre a la mujer, ahora conocida como Thena.

"¡Pero es contra una civilización alienígena! esto ahora está fuera del poder de los humanos" respondió Thena, haciendo que el hombre frunciera el ceño, mientras caía en sus pensamientos.

"Está bien, pero luego de resolver a los invasores, volveremos, nada de interacción con los nativos, al menos no más de la necesaria".

Thena asintió, y en compañía del hombre, tomaron carrera a una velocidad asombrosa para todo ser humano normal, tomándose sólo ocho minutos llegar al lugar.

Allí, pudieron ver cómo los nativos eran arrastrados hacia las grandes naves alienígenas, mientras varios robots y humanos con partes mecánicas custodiaban la zona. 

°°°°°°°

Thena y el hombre se lanzaron a la batalla, los puños del hombre brillaron mientras este corría hacia un robot, que al darse cuenta del peligro que corría alzó su rifle y disparó, pero esto solo hizo que la cara del hombre se arrugara, para luego darle un fuerte puñetazo al robot que fue enviado a volar, con una gran abolladura en su cofre.

Thena, por otro lado, se movía magistralmente en el campo de batalla, con una extraña lanza dorada cortaba a todos los robots que se le atravesaran y con ayuda de un escudo se cubría de la fuerte artillería a la que estaba sometida.

Los nativos capturados por su parte huían del caos, en busca de refugio y cobijo, mientras el hombre y Thena continuaban masacrando a los robots y a las personas de Cybertron que intentaban asesinarlos.

El hombre iba a darle un fuerte puñetazo a una persona malherida que estaba contra el suelo, cuando un fuerte impacto se estrelló contra su hombro izquierdo, haciendo que se cayera de bruces y que una gran herida se presentara, lo más sorprendente de esto fue que no estaba sangrando, solo se veía un leve resplandor dorado de la herida, al igual que unos compuestos dentro de su cuerpo, como si también fuera un robot como contra los que luchaba.

Thena tampoco lo estaba pasando bien, puesto que los refuerzos Cybertronianos habían llegado luego de recibir una llamada de auxilio, por lo que ahora Thena estaba siendo sometida por varios cañones de energía que eran disparados desde varias naves en el aire.

"¡Gilgamesh, tenemos que retirarnos, moriremos si seguimos luchando, los nativos ya fueron liberados!" gritó Thena desesperada, llamando al hombre ahora conocido como Gilgamesh y retirándose del campo de batalla.

°°°°°°°

En el edificio en donde se encontraba Zibrock, se terminó de proyectar todo lo sucedido gracias a la grabación que hacen constantemente los robots, así como las tomadas por las naves.

Vió como los nativos eran llevados a las naves, la aparición de los dos sujetos, su enfrentamiento con las fuerzas Cybertronianas así como su final partida, las personas que estaban en la sala junto con Zibrock estaban expectantes a lo que este diría, mientra guardaban silencio a la espera de nuevas órdenes para tratar con los dos sujetos.

El semblante de Zirbock estaba tranquilo, hasta pensarían que la situación no lo molestaba o consternada en absoluto, pero en su interior se presentaba una lucha de emociones y pensamientos que corrían como locos en su mente, él conocía los rostros de esos dos sujetos, su extraño poder, el porqué eran tan poderosos, todo.

Si bien no conocía el nombre del actor que le dió vida al hombre, si que recordaba a la hermosa y divina Angelina Jolie, reconocida actriz de talla mundial y crush de muchos y muchas.

Pero él sabía que Angelina Jolie no poseía tales poderes, al mismo tiempo que no estaba viva a mediados de los años 1400.

A la que sí recordaba que tenía dichas características, era al personaje que dió vida, Thena, de los Eternals, un grupo creado por los celestiales del universo de Marvel para erradicar a los Desviantes de los planetas escogidos para que así la humanidad pudiera florecer y servir como aperitivo para un huevo celestial en el planeta.

Y si todo lo visto fuera cierto, entonces el peligro que tendría su reino aumentaría varios niveles más, porque significaba que estaría en el mundo de Marvel, solo esperaba que fuera el cinematográfico y no el cómico, porque entonces estaría jodido. 

Luego de varios minutos de estar sumido en sus pensamientos, Zibrock volvió en sí, y con un semblante serio y oscuro ordenó que el sector 9 se preparara para una misión, una que estaría dirigida por el antiguo y más temido espía Decepticon.

Con esa orden, en una base militar a las afueras de la ciudad, una docena de naves de tamaño mediano (20 metros de longitud) fueron ocupadas por cientos de robots de batalla, la única diferencia estaba en que estos robots tenían un tamaño de 4 metros de altura, así como estar equipados con las armas más letales que New Cybertron tenía para ofrecer. 

-Hay unos Eternals que cazar- fue el pensamiento de Zibrock mientras ingresaba a la nave nodriza que dirigiría el ataque. 

Marvel; El Nacimiento de Cybertron.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora