una maldita pesadilla

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Ayer por la noche no podía dormir, seguía pensando en aquella cinta de Alan, seguía sin entender lo que ocurría. Pensaba en mis padres, recuerdo que los había visto antes de morir, no me llevaron consigo porque estaba castigada por haberle hecho algo al perro ruidoso del vecino. Estaba enojada y triste, sabía que algo les ocurriría, intentaba detenerlo, pero no pude, los vi arder en llamas, junto con mi hermano, quien hace un par de días había vuelto a ver.

Después de mucho tiempo de haber estado pensando en la muerte decidí dormir, estaba cansada y no podía soportar un minuto más despierta.

Al cerrar los ojos me transportó a un lugar bellísimo, había flores de todos colores y olores rodeándome y a lo lejos había un río tan brillante por los hermosos rayos del sol. En la orilla había un árbol grandísimo, era hermoso y también el único. De lejos pude notar a alguien paseando de unas cuerdas que colgaba de aquel árbol, me preguntaba quién era hasta que me di cuenta que era Danil, salí corriendo hacía a ahí pero cuando llegué ya no estaba. Voltee a todos lados buscándolo sin poder encontrarlo. Triste y confundida me senté en donde él se columpiaba, mis lágrimas empezaron a caer y una voz muy conocida llamó a mi espalda, giré y era él nuevamente. Di un salto abrazándolo y haciendo que llorara aún más, de pronto sentía que había cambiado, su ropa lisa ya no era más que paja y su hermoso cabello se había convertido en un estropajo con un sombrero feo, después vi que el lindo paisaje era tan solo una pradera seca pero aún con el río y el árbol gigante. Retrocedí con miedo, no podía dejar de ver su horrible cara quemada. Me sonrió y caminó hacia a mí, tropecé y sujete su mano para no caer, pero su mano se hizo ceniza e igual que su rostro y todo él, y después todo se incendió. Intentaba salir del agua, pero no podía, algo estaba jalándome hacia a abajo, lo golpee y nade lo más rápido posible, pero ni así logré salir, volvieron a sujetarme de los pies hundiéndome más y más, esta vez no sentia solo una mano, sino varias.

Mi vista empezó a borrarse y lo único que pude notar fue alguien que desde arriba que se dirigía a mí. Después de unos minutos desperté en los brazos de Danil, quien me había rescatado del agua. Al verlo solo sonreí sin decir ninguna palabra, volví a cerrar los ojos con mucho miedo y los abrí después de cinco segundos, él aún seguía ahí, era buena señal. Me ayudo a ponerme de pie y me abrazó, tenía miedo a que se volviera a repetir, pero no fue así. Todo se había quemado excepto la pequeña cabaña donde terminaba el río.

Nos miramos a los ojos y nos volvimos a abrazar, así nos quedamos unos minutos hasta que aviones de guerra empezaron a tirar bombas, nos agachamos para que no nos vieran, pero por detrás había alguien bajando de un helicóptero, empezamos a correr hacia la cabaña agarrados de la mano hasta que él se cayó y me soltó, le habían disparado en el torso, el señor venía hacia nosotros, pero yo no podía dejarlo a ahí, él insistía en que me fuera pero en verdad no quería hacerlo. Dijo que estaría bien, obviamente era mentira, pero lo dijo con tanta seguridad que solo me eche a correr a toda prisa. Estaba por llegar cuando sentí un horrible dolor en mi pierna derecha, caí al suelo y me había dado cuenta que también me habían disparado, no podía caminar así que me fui arrastrando. Cerré la puerta con candado, busqué alcohol y una venda para cubrir mi pierna. Después me asomé a la ventana para observar a Danil, que estaba apuntando con su arma al señor, disparaba, pero no le hacía nada, él seguía caminando como si las balas le rozaran. El señor lo agarró por la camisa y lo levantó, estaba ahorcándolo mientras que yo rascaba el vidrio y gritaba que no, quería salir y ayudarlo, pero no podía, tenía demasiado miedo. Danil estaba viéndome, lo que hizo que el señor también volteara hacia a mí, me agaché por un instante y volví a asomarme para ver si ya se había ido, pero ya no estaba absolutamente nadie ni nada, no estaba el río, ni el gran árbol, ni siquiera el pasto quemado, pero seguía siendo esa Cabaña. Volteaba por todos lados pudiendo encontrar algo, cuando voltee hacia el lado derecho vi al señor enfrente de la puerta volteando hacia a mí, volví a cerrar la ventana, pero esta vez sin querer abrirla, y de repente un toquido en la puerta, era él y decía que era Danil y que abriera. Estaba volviéndome loca, cerré los ojos y grité "largo", en cuanto lo hice el ruido de la puerta dejó de sonar y el señor ya no se escuchaba, abrí los ojos y ya estaba en otro lugar, era el cuarto que María me había hecho. Grité "NO" aún más fuerte y corrí hacia la puerta gritando auxilio, pero nadie podía escucharme. Vi la puerta del sótano abrirse y una luz que cegaba mi vista, dejé de gritar, pero no podía dejar de llorar, alguien empezó a reírse y cuando bajó el último escalón se detuvo y dijo mi nombre. No podía ver su rostro porque llevaba una capucha negra, pero volví a gritar, en su mano sujetaba un cuchillo, y cuando vi que caminaba hacia a mí me hice para atrás y con mis uñas empecé a quitar la madera, estaba tan cerca cuando entró y volvió a reírse cuando vio mis manos llenas de sangre, pero al ver el oyó en el piso se enojó, fue rápidamente hacia a mí y me golpeó dejándome inconsciente.

Desperté con un dolor de cabeza horrible, ni siquiera podía abrir los ojos, no sabía dónde estaba, era un lugar obscuro, únicamente podía oír el ruido de unas pisadas que cada vez se escuchaban más y más cerca. Podía ver una figura masculina oscura acercándose a mí,  era quien me había traído aquí, se sentó en una silla no muy lejos y empezó a hablar, de algún lugar sé que conocía esa voz, pero no entendía lo que decía, después recordé el casete, era exactamente lo que él decía, era Alan.

Difícilmente logré decir su nombre, intentaba pararme, pero no podía, no tenía la suficiente fuerza para ir hacia él, sólo volví a decir su nombre. También pregunté porque me había llevado ahí, pero él sólo se rió y después de unos largos minutos decidió hablar.

- ¿Sabes para que te he traído aquí? Porqué si te mató nadie te encontrará.

- ¿pero porque quieres matarme? Soy tu hermana.

-Lo mismo te pregunto a ti hermanita ¿por qué lo hiciste?

"¿porque lo hiciste?" sonó varias veces en mi cabeza hasta que el sonido de mi celular me despertó. Melevanté asustada y contesté, otra vez nadie respondió. 

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⏰ Last updated: Aug 04, 2023 ⏰

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