Capítulo 1

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Repaso mis dedos, toco cada uno de ellos

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Repaso mis dedos, toco cada uno de ellos. Los enumero, con los ojos cerrados pienso en su textura. El color de mi piel, los vuelvo a contar. Tengo diez dedos. Estoy bien, solo fue un recuerdo de una vida que ya no existe. Estoy lejos, ellos ya no me harán daño.

Voy otra vez a revisar la barra, las botellas están todas en su lugar. Hoy es una noche especial, el hotel celebra una fiesta de compromiso de unos novios que se conocieron en un viaje a la isla, ambos eran pasajeros en este hotel. El fin de semana siguiente será su matrimonio también aquí, han acaparado las instalaciones casi por completo con sus invitados y demás, incluso parte de las personas que vienen a organizar los eventos se hospedaran aquí. Es un caos por doquier, yo estoy fascinada con todo el movimiento ya que aún estamos en temporada baja, es invierno y casi no hay pasajeros por estos meses. La isla es hermosa en invierno, pero entiendo a los turistas que no quieren visitarla cuando llueve la mayor parte de los días o el frío calándote los huesos.

Don Guille, como lo llamo con cariño, es el dueño del hotel y mi casero, es un hombre de entrados años, muy amoroso con las palabras y los consejos, pero no le gustan las muestras de afecto, un hombre singular si me lo preguntan, pero digno de mi admiración y respeto. Hoy está que explota de emoción pareciera que se casara su hija o alguien especial, yo lo observo y nunca dejo de tirarle bromas diciendo que me gustaría que su hija me lance el ramo ya tengo 27 años debería casarme pronto.

Lo que don Guille no sabe, es que ya estuve casada por cortos seis meses y nada bueno salió de ello, bueno lo que no sabes no te hace daño ¿No?

Siempre hay eventos así en este hotel, estamos en el fin del mundo y esté es uno de los hoteles más hermosos que hay en la zona. Está al borde de un acantilado, cubierto de bosque nativo. Cuando don Guillermo lo construyo pidió que no se interviniera demasiado el bosque milenario que lo rodea, quería que la edificación fuera continua y de eso él sabía en su antigua vida había sido arquitecto por lo que entendía exactamente lo que quería. Es un lugar hermoso, muchas revistas de viajes han venido a visitarlo, ha sido destino obligado de cualquier celebridad que visite la isla y yo estoy muy orgullosa de haber conseguido que don Guillermo me aceptara para aprender un oficio en este hotel de eso ya va un año.
Yo soy su asistente, hago todo lo que él me pide y voy a todos los lugares que a él no le gusta ir. Que a menudo son hablar con proveedores, contadores y demás. Incluso hace unos días lo escuche diciéndole a la encargada de las mucamas que mejor hablara conmigo sobre el conflicto con los horarios que existía.
Luego de revisar el bar, voy hasta la cocina para saber si está todo en marcha como suele pasar en estos eventos hay varias exigencias que debemos cubrir personas que son veganas, vegetarianas o con alergias alimentarias y como los novios han pedido que se hagan menús de acuerdo a la cocina típica de la isla es un escenario complejo para nuestro chef ejecutivo.

Así va mi día, faltan pocas horas para que hagan arribo los novios quienes son los únicos que no se hospedaran en el hotel, ya que han recibido de regalo por sus nupcias una casa en una de las islas. Escuche a la organizadora de la boda decir que ellos fueron muy afortunados por que quien les hizo el regalo sólo les pidió que mantuvieran parte de las hectáreas como reserva biológica para mantener los ecosistemas que habitan en la isla, a mí me pareció algo que ni si quiera debían plantearse ya que el avance del hombre en este lugar está dejando cada vez menos espacio para las especies nativas que habitan la isla o incluso aquellas aves migratorias que viene a aparearse a la isla.

En la isla, te espero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora