Capitulo 2

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A la mañana siguiente recibí un mensaje de don Guille me daba la mañana libre. Releí su mensaje varias veces antes de decidir ir de todas formas al hotel. La fiesta de compromiso de la noche anterior había sido todo un éxito o eso creí porque cuando yo me marche estaban los invitados disfrutando alegremente en el bar del hotel.

Sabía que había mucho para coordinar con los encargados de la boda, además el hotel a su máxima capacidad ya era algo demandante. Sería una semana como en temporada alta, lo que haría que el personal que venía menos horas durante el invierno viniera a tiempo completo. Ni hablar que vivíamos en el fin del mundo por lo que ya era una tarea titánica tener a disposición todo lo necesario para la cocina. Ya que todo se demora en llegar a la isla hemos creado alianzas estratégicas con los agricultores, los pescadores y los ganaderos de la zona así nos apoyamos entre todos, sólo que hay insumos que no podemos conseguir directamente aquí debemos comprarlos a las grandes cadenas es por eso que todo por acá lleva semanas de planificación. 

Es por eso que me niego a tomarme una mañana libre en medio de tanto ajetreo, además se lo debo a don Guille me tendió una mano cuando más lo necesitaba, nunca pregunto o me hizo sentir que necesitaba alguna explicación, me recibió en su hotel me dio trabajo y me facilito una pequeña cabaña a orillas del mar. Incluso me ayudo a negociar por mi auto como se hace todo en la isla con un buen apretón de manos sin tantas formalidades.

Llego al hotel cerca de las nueve de la mañana no hay muchos pasajeros por el lugar lo que me hace suponer que la fiesta la noche anterior fue todo un éxito si las personas optaron por quedarse en sus habitaciones, camino por la entrada saludando a todos y tomando nota de varias cosas que debo verificar más tarde voy a la oficina de don Guille para decirle que decidí venir la puerta esta media abierta.

Don Guille está conversando con alguien, está sentado de espaldas a la puerta solo puedo ver un cabello corto y unos hombros anchos. Al parecer nadie nota que la puerta no está cerrada por lo que la conversación fluye libre para que la oiga cualquiera que esté en el pasillo.

- Has venido - dice don Guille

- Aquí estoy - ¡Oh! Es Alex, él está con don Guille conversando, debería darme la vuelta e irme, pero mis pies no tienen intención de moverse.

- ¿Qué harás? ¿Te quedarás? Me imagino que la isla no es tu lugar después de todo- don Guille parece muy molesto- Anoche te vi, no quise ...

-Bien hiciste, por qué ese no es tu asunto y lo sabes- Alex también suena molesto.

-En eso te equivocas, ahora también es mi asunto... tú lo hiciste- Don Guille está perdiendo los estribos quizás debería interrumpir antes de que esto se vaya de madres- ¡No tienes idea de las veces que me he mordido la lengua! -

Decido entrar.

- ¡Buenos días don Guille! - Saludo alegre.

- ¿Alba? ¿Que no te di la mañana libre?... era para que descansaras. Sabes que tenemos una semana muy movida- Don Guille se levanta de su escritorio para rodearlo me hace señas para que me acerque- Creo que no te he presentado como es debido. Alba, te presento a Alex... él es...-

En la isla, te espero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora