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Ten.

Unas manos grandes posadas en mis caderas, moviéndose al ritmo de la música junto conmigo, mi espalda pegada a su pecho, ancho y fuerte. Entrelacé mis dedos con las manos que estaban en mi cuerpo.

Sentí su respiración en mi cuello. Me daba besos húmedos por toda la extensión de mi hombro hasta mi nuca. Baje mi vista para ver las manos. Me encontré con unos a anillos plateados, uno tenía una piedra roja en el centro, el otro era su famoso anillo de rosa.

Mmmm, Taeyong.

Me voltee y quede frente a él, pase mis cortos brazos por su cuello y acerqué mi cara a su garganta, con mi nariz la acariciaba lentamente.

—¿Quieres ir arriba? —yo no manejaba mi boca, hablaba por sí sola gracias a los grandes porcentajes de alcohol que recorrían mis venas.

—¿Seguro? No quiero que hagamos algo de lo que arrepientas —besó mi frente y apartó el flequillo que reposaba sobre mi frente.

—Quiero esto —besé su mejilla y le tome la mano para guiarlo escaleras arriba.

Taeyong

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Taeyong.


Ten estaba tendido abajo de mi ya sin camisa, yo repartía besos por todo su torso, nunca me imaginé estar así con él. Era increíble.

—Tae-Taeyong —gimió al sentir mis labios pasar cerca de sus pezones. Quería jugar un rato con él.

—Ssh, bebé —subí hasta quedar cara a cara, su fleco estaba hacia atrás hecho un desastre, sus ojos brillaban con una chispa de picardía y los labios parecían cerezas, no lo había besado, sin embargo.

—Tae —sus pequeñas manos tomaron mi rostro, y con sus deditos acaricio mi rostro—, bésame, por favor —Rogó.

No tuve que pensarlo antes dos veces cuando ya lo estaba besando, se sentía tan cálido, tan bien. Se sentía como si volviera a tener 17 y estuviera perdiendo mi virginidad, mis nervios se activaron sin mi consentimiento.

—Cariño, necesito que alces las caderas.

Hizo lo pedido y le quité el pantalón junto a los bóxers. Tomó nuevamente mi rostro para continuar con nuestra tarea de besarnos húmedamente. Mi mano vagaba con su hermoso cuerpo desnudo, tenía miedo, no quería que mañana se arrepintiera de esto.

Acaricio mis hombros dándole leves masajes, había notado cuan tenso estaba.

—Tranquilo — cepillo lentamente su nariz con la mía, sonreí—, en verdad quiero esto, ne-necesito esto.

Los besos que le dejaba en su cuello eran bruscos, mañana se notarían y no podría negarlo. Tome su miembro, con mi dedo pulgar roce la punta, obteniendo como respuesta un chillido acompañado de un pequeño "duele". Lo callé con mis labios, no quería que esto fuera apresurado, pero el me ponía mal, sólo pensaba en estar dentro de el y sentir tu estrechez...

Baby's for Ten || TaetenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora