Extra 5

71 5 3
                                    

Ten Lee, 28 años de edad. Taeyong Lee, 30 años de edad.


Dic. 24 - Noche de bodas

Toda la fiesta Ten y Taeyong se la habían pasado saludando gente, recibiendo felicitaciones de parte de todos y cuidando que los mellizos no acabaran con el pastel. La noche fue buena, especial e inolvidable porque, al final de todo, los niños terminaron con el pastel en el suelo. Ahora ellos estaban con sus abuelas por ésta noche. Sus padres necesitaban disfrutar su noche de bodas.
Cosa que en realidad no iba muy bien...

Ten aún seguía enojado con Taeyong desde la semana pasada.

Y ¿qué había pasado la semana pasada? Pasó que al idiota de Taeyong se le ocurrió darle a los mellizos una pequeña vuelta en su moto... ¡Sin cascos! Haechan y Jaemin pudieron haberse accidentado terriblemente, mientras que Taeyong estaba feliz y sonriente. Taeyong creía que Ten nunca se llegaría a enterar, pero gracias a Jungwoo y su lengua un poco larga, se enteró. Por lo tanto, hacia unas cuantas semanas que no tenían actividad como pareja y eso estaba matando al coreano.

Ésta noche era su "noche de bodas". Obviamente tenían que celebrar, pero al perecer Ten seguía en negación.

—No, Taeyong. Déjame dormir —Ten dijo.

Se dio la vuelta, quedando boca abajo para poder dormir. Taeyong rodó los ojos y gimió de frustración. No quería quedarse con un problema dentro de sus bóxers negros o, usar nuevamente su mano. No, quería a Ten, su Ten. Su esposo.

—Vamos, amor ¿Sabes que es estar tres semanas sin nada de nada?

—No, y no me importa.

Ten sintió un peso sobre su espalda, dando un respingo, unos labios se posaron en su nuca, dándole un beso ruidoso. Trato de esconder su sonrisa en la almohada. Sentía el miembro de Taeyong en su trasero, totalmente duro. Le gustaba la idea de poner al mayor de esa manera.

—Ten —sopló Taeyong al oído del castaño—, yo sé que quieres...

El coreano siguió con su trabajo de besar sonoramente la nuca ajena, causando estremecimientos en el menor.

Hmm —gimió Ten.

Taeyong se despegó de Ten, esperando a que él sé de la vuelta. Sus labios rosas se unieron a los finos del más bajo, sintiendo el dulce sabor del vino que habían tomado a la hora del brindis. Besó sus mejillas, párpados y la punta de su nariz repetidas veces, sacándole unas pequeñas risitas a Ten.

—¿Podrías apurarte? —se quejó el de ojos felinos.

—¿No qué no?

—Ya van tres semanas ¿No? —se burló.

Besó los labios del castaño castamente varias veces, sonriendo en medio de estos, recordando la razón por la que estaban en este hotel disfrutando de ellos dos. Primero:habían tenido a sus hermosos bebés, habían formando una familia con mucho esfuerzo y amor. Segundo: era el día de su boda. Ten nunca se arrepentiría de haber escogido a Taeyong para ser el padre de sus hijos, es más, se sentía orgulloso de él mismo por haber hecho una excelente elección.

Las manos del chico se colaron dentro del bóxer negro de su amante, acercándolo más a él para hacer la fricción de sus miembros más cercana. Ninguno de los dos podía aguantar más, Ten se corrió primero dentro de sus propios bóxers, después le siguió Taeyong. Estaban realmente avergonzados. Se habían corrido con simples roces, Ten pensaba que era una vergüenza, se sentía como un niño precoz y virginal de 15 años.

Baby's for Ten || TaetenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora