Darcy siempre ha vivido esperando un romance como en los libros que ha leído toda su vida, de esos dulces y románticos que te calientan el corazón desde la primera vez.
Y quien diría que, al ir a Corea a estudiar con su melliza, encontraría a aquell...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
OTRO DÍA MÁS EN EL DORMITORIO con los chicos y Darcy podría jurar que, a pesar de sus diferencias, todo era más divertido. Se encontraba en el sillón junto a Minho, tenía su cabeza recargada en el hombro del más alto, mientras veían como Q hacia ejercicio.
— Una razón, una temporada o una vida— comenzó a citar Minho, por lo que tanto la castaña como el chico haciendo ejercicio lo miraron extrañados.
— ¿De qué estas hablando?— dijeron a la par.
— Cada relación encaja en una de estas categorías, lo vi en una revista— tomó la mano izquierda de Darcy y la beso— y esta chica y yo...
— No sueltes algo cursi— pidió Q juntando sus manos.
Minho lo ignoro.— Somos algo real, para toda la vida— la miró y le sonrió, la chica beso su mejilla haciéndolo sonrojar.
— Y ahí esta lo cursi— siguió haciendo ejercicio— aunque a Darcy le gusta, son adorables— los miro con una sonrisa para luego levantarse.
— ¿Cómo va todo con Florian?— le pregunto Darcy mientras jugaba con los dedos del coreano.
— Está pasando por algunas cosas, pero estoy aquí para él— la castaña se levantó y abrazo a Q después de que se colocará su bata.
— Va a mejorar, solo confía— le susurro y el chico se aferro al abrazo por unos segundos.
— Gracias, pequeña Darcy— beso la frente de la chica, que fue llevada nuevamente, a rastras, por el coreano al sillón.
— No, no, no, eso sí que no— tallo con la manga de su pijama la frente de Darcy— puedo soportar abrazos pero besos no, solo puedo darle besos yo— chilló cual niño haciéndolos reír.
— Lo sé, pero aún así besos no— se cruzó de brazos.
— Pero que gruñón— Darcy rió y beso la mejilla del chico que ahora sonreía— ¿mejor?
— No.
— ¿Porq...?— la corto, tomando sus mejillas comenzando a repartir besos por todo su rostro haciéndola reír, después de unos minutos dejó de darle besos— ¿satisfecho?
