Diez

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-Quiero que me odies, porque eres incapaz de hacerlo. A tu salud.

Y Kanna Unmei bebió una copa de vino tinto. El más costoso. Un Louis Latour Grand Cru Corton Domaine, de la mejor reserva que tenían en la cava.

El sabor y la contextura del vino refrescaron el alma de la diseñadora mientras estaba desnuda en el balcón. La tarde golpeaba en su piel bronceada, y sintió como su cuerpo se relajaba ante el vino.

Matsuri entró. Se notaba bastante molesta.

-Espero que estés feliz ahora por lo que hiciste.

-Te dije que era algo que debía hacerse.

-¿Con qué finalidad? ¿Destrozar más a Mei hasta que cayera en el suicidio? ¡Me fue difícil sacarla de ese estado, por si no lo sabías!

-No. -Kanna suspiró, llevando de nuevo la copa de vino a su boca

-¿Entonces tendrías la amabilidad de explicarme por qué?

-Quiero que Mei me odie.

-¿Qué? -Matsuri sintió que algo no encajaba.

-Como entendiste, quiero que Mei Utsunohara me odie por completo.

-¿Cómo quieres que te odie?

-Es simple. -Kanna se levantó, dejando la copa a un lado. Matsuri le miró con los rayos del atardecer. Las cicatrices de la chica le mostraron partes mutiladas de piel y algunos huecos de heridas profundas- Mei jamás dejó de amarme. Mei sintió que su vida se derrumbaba si yo no continuaba a su lado. Su motivo era superarme en cada aspecto, pero sin dejar de depender de mí. Por eso hice lo que hice. No podía hacerle más daño, y cortar por lo sano no era una opción.

-Por eso decidiste deshacerte de ella de la peor forma posible…

Matsuri se acercó a Kanna y la tomó por los hombros.

-¡ELLA SIMPLEMENTE QUISO QUE LA VIERAS BRILLAR, PORQUE OPACASTE SU BRILLO!

-Al contrario, ella quiso que yo estuviera a su lado. Era su adoración, Matsuri.

-¿Me vienes a decir ahora que eras su adoración?

-Lo era. Y quizá lo siga siendo.

Matsuri suspiró.

-Eres detestable.

-Quizá, pero… -Kanna dejó la copa a un lado, y volvió a la ventana- De esta manera, Mei podrá ser feliz.

-De verdad, que estás loca.

Matsuri se dio la vuelta y salió de la habitación. Kanna entonces aprovechó para llamar a Lauren.

-Aquí Taylor.

-Por fin se terminó, Lauren.

-¿Kanna? -la voz de Lauren sonaba sorprendida

-Sí, mi amor. Por fin todo se terminó. Estoy en paz.

-Le hiciste daño, ¿verdad? Sabes que yo no soy partidaria de que lastimes a los demás…

-Mei podrá superarlo, así como yo por fin le daré un final a este ciclo.

-¿Estás segura de ello?

-Estoy segura.

-¿Cuándo regresarás entonces?

-Estaré de regreso en una semana. Tendré que dejar algunas cosas listas antes de todo.

-¿Entonces dejarás a cargo de todo a la chica que me dijiste… Matsuri?

-Sí. Dejaré a cargo de todo a Matsuri.

La canción de amor que amé en abrilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora