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Yoongi charlaba muy animado junto a Jimin en el sofá de cuerina rojo de dos plazas de la casa de Jackson. La música retumbaba al punto que se sentía como si las paredes temblaran, pero aún así ellos estaban allí, en su propio mundo.

Ignorando al resto.

No era para sorpresa de nadie la situación, y mucho menos verlos así de juntos. Pero para Jung Hoseok y Kim Taehyung, que estaban acostumbrados a sus constantes interacciones, algo sospechoso sintieron que se traían entre manos.

Las miradas dicen mucho más que mil palabras.

¿Verdad?

No los perdieron de vista en ningún momento, ni cuando se sirvieron los vasos de whiskey a tope en la cocina, ni cuando Yoongi rebuscó secretamente algo en su mochila para luego guardarlo en el bolsillo interno de su chaqueta de cuero, ni mucho menos cuando se encaminaron casi a hurtadillas por el pasillo para perderse entre la gente.

—Se van a drogar, estoy seguro —afirmó Hoseok, sin despegar la vista de la entrada a aquel corredor. Le dio un largo trago a su vaso de plástico rojo y volvió a hablar. —Hace semanas que los noto raros.

—Ay Hobi, me duele decirlo porque Jimin es mi amigo —lo miró con determinación mientras cruzaba sus brazos a la altura de su pecho—. Pero yo también creo lo mismo.

—¿Deberíamos seguirlos y espiarlos? —preguntó dubitativo.

—No es lo correcto, pero drogarse tampoco lo es. —Ambos se miraron y asintieron en silencio.

El cuarto de baño se ubicaba al fondo del pasillo del primer piso, era el lugar más evidente donde se podrían llegar a esconder. Se asomaron por el borde del muro divisor en busca de algún rastro de sus amigos.

Nada.

Caminaron de forma sigilosa, esquivando parejas comiendose la boca a besos y algún que otro cuerpo moribundo en el suelo. La luz del baño se encontraba encendida, por lo que dedujeron que se hallaban encerrados allí.

—¿Abrimos la puerta? —preguntó Hoseok. El ruido que emitían los parlantes no se escuchaba tan fuerte en ese lugar específico de la casa, pero aún así, se acercaron para evitar levantar la voz. Buscaron con la mirada alguna señal que les indicara que sus amigos no se hallaban allí, pero no la encontraron.

—¿Y tú crees que estará abierta? —inquirió Taehyung. Su amigo se encogió de hombros y éste le devolvió una mirada inquisitiva.

—Pues, yo digo que intentemos. —Hoseok estiró su mano derecha para tomar la manilla de la puerta y se despejo con la otra un mechón inexistente de cabello de su frente.

—Hyung, si fuera tú, no lo haría —una voz conocida los sobresaltó. Jeon Jungkook los miraba desde un rincón con esos grandes y redondos ojos que poseía, como si en ellos almacenara los secretos de cualquier ser en la galaxia.

—¿Y por qué no? ¿Acaso sabes algo que nosotros no? —Taehyung lo miró mientras formaba un mohín con sus labios y se cruzaba de brazos indignado.

Jungkook lo encontró un gesto tierno, tanto así que quiso palmear su cabeza, pero se limitó a decir:

—Háganme caso —una sonrisa socarrona se curvó en su boca, acto seguido le dió un sorbo a su lata de cerveza.

Hoseok le devolvió una mirada escrutadora y soltó el pomo de la puerta.

Mocoso metiche, pensó.

—Eres un cobarde Jung ¿En serio le creerás a este? —empujó a su amigo para abrirse paso, giró la manilla de la puerta del baño y la abrió de golpe.

It's nice to have a friendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora