Alpha

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Empezaré diciendo que soy una persona muy rara. Lo sé. No comparto intereses con casi nadie y casi nadie los comparte conmigo. En realidad rara vez alguien comparte algo conmigo. Pero ese no es el caso, ya que despues de tantos años, uno se acaba acostumbrando. Teniendo esto en cuenta, lo que quería decir era que es fácil imaginar que esta peculiaridad imposibilita ciertas amistades... Pero otras no tanto. Y empieza a entrar gente por esa puerta llamada vida que llega, se sienta, usa tu casa, y con las mismas se va. Uno, dos, tres, cuatro... Según este esquema de comportamiento llegan mas de treinta, quizás mas de cuarenta, ya he perdido la cuenta. Pero después de experiencias vividas con ellos y en tardes como esta (en la que por tonto, o por vete tú a saber qué, te quedas en casa sin hacer nada) te pones a pensar y te dices "¿Sabes qué? No importa". Porque en algún lugar, escondidos entre esa casi cincuentena de personas hay algunas que ademas de usar tu casa, te invitan a usar la de ellos. Es de esa grandeza de la que yo estoy enamorado. De la de uno que tengo yo en mente, al que invitas junto con cinco o seis personas a ver una simple película y estarías igual de a gusto viéndola con él a solas, porque él solo te basta. O la de una chica muy fuerte que yo conozco, que una mañana te pide que la acompañes porque tiene que cuidar de unos niños y no quiere estar sola, y cuando te ves en medio de un parque con ella, ambos rodeados de críos, te sobran todos los niños. O incluso el de una muy buena amiga de la infancia con la que puedo estar horas echado en la cesta del parque, recibiendo su calor. Concluyendo, quiero que sepáis que todos vosotros sois las patas de una silla en la que me siento y que espero que nunca se quede coja de ningún apoyo. Y como soy un chico de ciencias y me gustan las cosas claras diré para acabar que os quiero locamente y os necesito. Que no puedo vivir sin vosotros. Que pese a que, efectivamente, podéis hacer conmigo lo que queráis, espero que quererme sea lo mínimo que queráis hacer conmigo.

Reflexiones y otros textos sin importanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora