Omega

10 1 0
                                    


Sé que no te gusta nada leer, pero la vida esta llena de pequeños sacrificios y supongo que para ti este es uno de ellos. Pensando en ello me he dado cuenta de que esta es la pimera carta que te escribo y quien sabe si la última. Podría pasarme días escribiendo en este folio y aún así no podría acabar de contarte todo lo que ha significado para mí el haberte conocido. Supongo que de alguna manera tiene que ver con que no haya un día en que no piense en tí o en todo lo que nos ha pasado en este año que en pocos dias hace que te conozco. Tal vez me equivoque, pero creo que voy bien encaminado en estar de acuerdo contigo en algo que hace semanas me dijiste: puede que mi amistad con otra gente no dure para siempre, pero la nuestra lo hará. Tengo ganas de que así sea, para serte sincero. A dia de hoy formas una parte tan importante de mi que perderte sería como arrancarme un trozo de alma. Como quitarme de esa vena que lleva y trae sangre de una parte de mi corazón que jamás ha estado tan viva. Y es gracias, entre otros, a ti.

Quien me iba a decir a mí que ese chaval con flequillo descuidado y pendiente en la oreja podría llegar a hacerme sentir tan afortunado. Desde el principio dije que había algo en tí que desde el principio hacía que sintiese que ya te conocia de antes. Y todo este tiempo juntos no ha hecho más que confirmar que verdaderamente sí existe algo que nos conecta de una manera que, al menos yo, no me habría imaginado con nadie más. Ha sido un año lleno de viajes, música, amores, aventuras. Secretos. Y no ha estado nada mal, para serte sincero. Lo importante es no arrepentirse, como sueles decir, y yo no lo hago.

Y nos plantamos en finales de Julio y con ello llega lo que quiera que sea que te pasa. Pensaba darte todo esto que te acabo de dar el 14 de Agosto, poco antes de tu cumpleaños, pero el verte tan destrozado me ha empujado a hacerlo antes. No se si por tratar de hacer nacer en ti las ganas de volver a Asturias de aqui en unas semanas o por las ganas que tengo de volver a verte sonreir como solias hacer. Me gusta pensar que es por un poco de ambas, probablemente porque saber que no estás bien me jode tanto como aceptar que tal vez no vayas a venir aqui arriba a pasarlo igual de bien que yo cuando estoy alli con vosotros. Solo deseo que, junto con Migue, vengas a compartir conmigo las ultimas semanas de fiesta que me quedan en mi tierra con mi gente. No me hace falta confirmarlo con nadie que te haya conocido (empezando por Bahamonde o Mayde hasta mis padres) para saber que para ninguno sería lo mismo si tu no aparecieses unos dias por el norte. Confía en mí, no lo sería.

A estas alturas no tengo claro si estarás a punto de soltar una lágrima o de tirarme este papel a la cara. Pero realmente no importa. Irónicamente, en eso ha consistido lo nuestro desde el principio: en confiar en que pase lo que pase, todo seguirá igual. En confiar en que ninguno de los dos juzgará al otro por nada que le ocurra, en apoyarnos pase lo que pase, y en tenernos el uno al otro para lo que haga falta. En eso que la gente llama "estar en las buenas y en las malas". No se qué te pasa, no se qué te preocupa, qué te da miedo. Daría oro por poder quitártelo de la cabeza, créeme. Pero tienes que ser tú el que lo haga. Tienes que ser tú el que plante cara a tus problemas y el que diga "No me sale de los huevos estar así". Tienes que relajarte, seguro que no es tan importante para tí como lo crees. Tienes que tomarte con calma las relaciones con la gente, respirar, coger impulso. Tienes que disfrutar de la vida joder. Yo he pasado tres temporadas de bulling, dos relaciones que no acabaron lo que se dice bien, situiaciones con las que nadie gustaría lidiar y como esas mil cosas de las que no teneis ni idea. Y aquí estoy. Vivo. O al menos respirando. ¿De verdad quieres convencerme de que si yo he podido tu no puedes? ¿De que un chico como tú, con fuerza de voluntad, no es capaz de levantarse tras caer? ¿De resurgir del fuego que te ha quemado? Ni lo intentes, sé que puedes. Y lo harás.

Quiero que sepas que voy a estar a tu lado para lo que necesites, Mario. Lo creas o no, te necesito (tal y como a Migue) y voy a hacer lo imposible por que os sintais bien. Porque mereceis la pena. Mario, mereces la pena. Tu afan por la guitarra merece la pena. Tus chistes, tus bromas la merecen. Tus amigos, tu familia. Tu vida merece la pena. Seguir adelante merece la pena. Y yo voy a estar a pocos metros de tí, ayudándote a abrirte camino.

Así que, tú ocúpate de creértelo,

que a la magia invito yo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 31, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Reflexiones y otros textos sin importanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora