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Créditos de arte: Homefryboy en Tumblr.

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Las rutinas mañaneras siempre fueron desorganizadas en el castillo de Las Tierras Oscuras.

El rey visitaba habitación por habitación despertando a cada uno de sus hijos uno por uno, empezando por el más joven hasta el más grande. Algunos eran más fáciles de tratar que otros, Iggy, por ejemplo, no tardó mucho en salir de su habitación para comenzar el día, a diferencia de Morton, que estuvo veinte minutos dando vueltas en su alborotada cama. Hubiera estado allí más tiempo si Luigi no hubiera pasado para decirle que si no obedecía no habría porción de Hot Cakes extra para él. Morton corrió a la velocidad de la luz.

La familia completa bajó en manada las escaleras con dirección a la cocina, cada uno hablando y jugando ruidosamente entre ellos. Entraron corriendo bruscamente, casi tirando la puerta abajo, mientras que al fondo se escuchaban los gritos de los niños y de Bowser tratando de controlarlos. Luigi ayudaba a los sirvientes a poner la mesa con una amable sonrisa en su rostro. Junior estaba en su espalda sujetándose como un koala adormilado y sosteniéndose de su cuello, al igual que su papá Lu, era totalmente ajeno a todo el caos y ruido que había detrás suyo.

— ¡Dejen de correr! ¡Iggi, Larry, quédense quietos, carajo! — Bowser refunfuñaba en un patético intento de controlarlos, sosteniendo debajo de su brazo a un risueño Lemmy. — ¡Wendy! ¡¿Qué te he dicho de- ¡ROY BAJA ESO!

Cuando la mesa por fin estuvo lista con platos, cubiertos, vasos y servilletas perfectamente colocadas en sus lugares, Luigi observó satisfecho. Agradeció a los sirvientes, les dijo que era suficiente por ese momento, hicieron una reverencia y se retiraron. En cuanto cruzaron la puerta y esta se cerró, Luigi tomó a Junior correctamente y lo sentó en un costado de su cadera cómodamente. Miró a su familia y al campo de guerra que era la cocina con una expresión serena, carraspeó.

— Niños.

El lugar entero se sumió en silencio.

— Hora de desayunar.

En cuestión de segundos, todos excepto Bowser, estaban sentados en sus respectivas sillas mirando al humano con ojos atentos y cubiertos en mano.

— Tesoro, ¿Me ayudas a servir?

— ¿Cómo carajos lo haces?

— Junior, ve a sentarte ¿Sí? — Ignoró la pregunta de su confundida pareja y bajó a su hijo al suelo, este simplemente obedeció para  sentarse a un lado de su hermano mayor de cabellos azules, quien en todo ese tiempo se mantuvo al margen.

Oro e lacrime. [Bowuigi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora