La historia gira en torno a T/N Casablanca, un estudiante de intercambio que llega a Japón. Mientras conoce Japón lleva un cuaderno donde apunta poemas y cuentos, ya que tiene una pasión: la literatura. Pero todo comienza a cambiar cuando conoce el...
Ryo y yo estabamos caminando. Eran las 4 de la tarde. El tren de Ryo para volvee a su casa, era a las 6 de la noche. Por lo que nos quedaban otras dos horas más. Los dos teniamos nuetras miradas perdidad en el suelo mientras caminabamos. No pronuciamos ninguna palabra. Aunque para mi, la razon fue porque las cosas fueron demasiado rapidas, estuviste gritandole que es una estraña y a en otro momento estuviste con ella comiendo un ramen que ella mismo te invito. Aunque no entiendo porque ella ya no me hablo. Lo unico que escuche de ella antes de irnos del restaurante de ramen fueron las palabras Ven conmigo. No se a donde me guiaba ella. Solo se que caminamos mucho. Hasta que al final terminamos en una sala de boliche. No supe si lo hizo por amabilidad, o porque necesitaba un lugar para donde estar ella tranquila y terminar las canciones. Rentamos una hora para juga y nos fuimos a una mesa.
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Cuando nos sentamos los dos, solo podia pensar en que hacer ahora. No se si ibamos a jugar o solo sentarnos y perder el tiempo en nada.
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Ryo se puso sus audifonos y comenzo a trabajar en las canciones con su telefono, libreta y un lapiz. Mientras tanto yo solo me pondria a recordar todo lo que habia pasado. Los moretones recorrian mi cara y mi labio andaba partido por los golpes del joven grandote que habia robado mi cuaderno tiempo atras.
- Oye! - le dije a Ryo. Ella reacionaria a mi llamado. Quitandose los audifonos- ¿En serio vamos a quedarnos aqui hasta que te vallas? -
- Parece que si. Ya no hay tanto que hacer y en dos horas me voy de aqui. - respondio ella volviendo a ponerse los audifonos. Luego me vendria a la mente una pregunta para Ryo.
- ¿Porque me ayudaste? - le dije. Ella se volvio a quitar los audifonos y volveria a responder.
- Te vi herido. Y si alguien esta herido, se tiene que ayudarlo. ¿No? - contesto, pero esta vez no se volveria a poner los audifonos si no que volveria a su trabajo directamente.
-¿Y...qu.. que... sentiste cuando viste esas hojas? - le pregunte haciendo referencia a cuando leyo mi cuaderno.
-... - Se volvio a quedar en silencio. No volveria a hablar. Y se quedaria asi por un largo tiempo, con la cabeza mirando para otro lado.
