XIV

34 7 1
                                    

No sabe muy bien como sentirse. No sabe muy bien que son todas y cada una de las cosas que se entremezclan en su pecho y en su cabeza.

Lo único de lo que está completamente seguro, al cien por cien, es de que Lee Minho comparte sus sentimientos. Y Jisung cree estar en esos momentos en la nube de algodón más bonita y dulce de su vida, porque los labios contrarios fueron exactamente así; dulces, suaves y adictivos, porque después de ese primer beso un poco incómodo, lleno de nervios y sorprendentemente inesperado, se sucedieron uno tras otro.

No fue hasta que su falta de experiencia por respirar a la vez que besar, a la vez que aferrarse al cuerpo contrario porque sintió sus piernas flaquear, y a la vez que mantenerse cuerdo, le obligó a ser el primero en separarse por falta de aire.

Respiraban agitados y cuando el menor abrió los ojos para cerciorarse de que todo lo que acababa de ocurrir había sido real, se topó de nuevo con aquellos ojos que tanto había extrañado aquellos días, y se topó también con los labios hinchados del contrario.

No hubo palabras, ninguna, porque Lee Minho volvió a atacarle, volvió a apoderarse de sus labios como si hubiese estado hambriento por meses, como si ahora que había podido probarlos no quisiese dejarlos marchar jamás. Jisung colocó una de sus manos en el cuello contrario, contagiado por la fiereza de ese beso. Intentó seguirle el ritmo a pesar de que los anteriores habían sido los primeros que daba, pero tuvo que resignarse a perder la batalla.

Volvieron a separarse y el rubio temió que fuese a causa de su inexperiencia y que el mayor no se sintiese cómodo. Las dudas y el miedo acudieron con fuerza a su cabeza cuando pudo medio despejarse, pero su vecino se las llevó todas consigo cuando articuló las primeras palabras mientras le acariciaba ambas mejillas.

"Lo siento.", se disculpó en un susurro. "Lo siento si...yo he...si he sido muy brusco."

Jisung negó con la cabeza manteniendo sus ojos fijos en los contrarios y estuvo a punto de disculparse él también a causa de su inexperiencia, pero se quedó sin palabras ante tanta belleza frente a él. Siempre supo que Lee Minho era atractivo por mucho que se negase a admitirlo en su consciencia, pero tenerlo tan cerca después de haberse besado...aquello era otro nivel.

Su vecino se separó, dejó de acunar sus mofletes entre sus manos y alternó su mirada entre el suelo y el edificio. También lo vio tocarse la nariz y aquel simple gesto le hizo sonreír de oreja a oreja, acababa de darse cuenta de que no era el único nervioso allí.

"Siento...", el rubio no dejaba de sorprenderse ante la cantidad de cosas que Lee Minho parecía haberse guardado dentro y ahora quería o parecía necesitar sacárselas. "Siento haber sido tan imbécil todos estos días."

Jisung analizó sus palabras a pesar de que no terminaba por comprenderlas del todo.

"Me molestaba mucho ver...esa mancha en tu cuello.", el mayor no lo miró en ningún momento, se refugió en evitar observarle para poder hablar. El rubio se llevó su mano izquierda al lugar mencionado, que apenas y era una pequeña mancha casi inapreciable, y no pudo evitar que una de tantas preguntas se atascara en su cabeza.

"¿Por qué?", tal vez eran pedir demasiadas explicaciones a alguien que a penas y podía reconocer necesitar ayuda. Cómo aquella vez que su portátil le había dado problemas.

No hubo respuesta de un Lee Minho que le daba la espalda, así que se acercó a él y lo agarró del brazo, girándolo.

"Porque...", mantuvo su mirada primero en sus ojos y luego pudo ver como la alternaba con sus labios. ", desearía haberlo hecho yo.". Jisung no supo qué hacer con esa respuesta porque para nada se esperaba una confesión tan directa. Él creía que estaba molesto por su actitud, por haber bebido y haber acabado como lo hizo, pero se equivocó. Y no de mala manera.

Casualidades | MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora