CAPÍTULO 1

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-Daniel, necesito refuerzos por la derecha-le digo a mi compañero y mejor amigo a través del pinganillo.

-Voy-me responde a través del suyo.

Mientras voy corriendo detrás del sospechoso, veo q Dani se acerca por mi derecha  con la pistola en las manos dispuesto a dispararle en las piernas. El sospechoso se para en un callejón sin salida y nosotros le rodeamos.

-¡Manos arriba señor Ruíz! -grita Dani mientras nos acercamos poco a poco con las pistolas en alto.

-Yo no he hecho nada-dice el sospechoso con las manos en alto.

-Eso ya me lo explicará en comisaría, señor Ruíz-le digo mientras le pongo las esposas.-Le voy a leer sus derechos. Tiene derecho a un abogado y todo lo que diga podrá ser utilizado en su contra.

Llegamos al coche y vamos directos a la comisaría. Por fin habíamos cerrado el caso que me llevaba dando dolor de cabeza durante tres meses.

-Ahora solo falta la confesión y caso cerrado-dice Dani mientras entramos a comisaría con el sospechoso.

-No vais a cerrar ningún caso porque no he hecho nada-dice el sospechoso.

-Usted cierre la boca y siéntese-le digo cerrando la puerta des la sala de interrogatorios.

-Inspectora García-me llama el capitán de la comisaría.-A mi despacho por favor.

Esto solo puede significar dos cosas; o me despide, o me despide.

-¿Se puede?-pregunto  llamando a la puerta con los nudillos.

-Adelante-dice desde detrás de su mesa a la vez que se quitaba las gafas.-Siéntese por favor. Tenemos que hablar...

-Si es por el caso del triple homicidio, ya hemos pillado al culpable. El caso está cerrado.

-No es por eso, no se preocupe.-Dice.-Me ha llamado un contacto de Estados Unidos.

-¿De Estados Unidos? -pregunto extrañada.

-Quieren que participes en una misión allí. Me preguntaron quién era mi mejor agente y la propuse a usted.

-¿A mí? -vuelvo a preguntar extrañada.

-Deje de extrañarse tanto, usted es la mejor en su campo, la inspectora más joven de Granada. Es la indicada.

-Gracias señor, pero no sé sí lo puedo aceptar.

-No hay tiempo para dudas, despegas mañana por la noche-contesta poniéndose de pie.

-¿Mañana, tan pronto?

-Por favor si es tan amable-dice señalando la puerta-tengo una reunión a la que asistir.

-Por supuesto, perdone.-Salgo de sus despacho y me encuentro a Dani en mi mesa jugando con un elfo que tengo sobre la mesa.

-¿Todo bien?-pregunta levantándose de mi mesa.-¿Y esa cara, te ha despedido?

-No, me ha dicho que mañana me voy a América-le digo todavía sin asimilarlo.

-¿Te vas mañana?-pregunta al igual que sorprendido que yo.

-Eso parece.

Por la tarde vamos juntos a un bar cerca de la Alhambra para asimilar las noticias y despedirnos. No me puedo creer que vuelva a ir a Estados Unidos. Mi sueño de pequeña siempre ha sido ir a las ciudades más importantes de Estados Unidos. Con quince años fui durante dos meses al norte , estuve con una familia maravillosa, me cuidaron y me llevaron a los sitios más emblemáticos del Estado al que fui. El Capitán no me dio más detalles sobre el nuevo caso, no se a dónde voy ni de que va la cosa, no se nada de nada.

                            *                                  *                                          *

-Vuelo 2506 último mensaje para embarcar-dicen por los altavoces.

-Bueno, pues supongo que esto es un adiós-digo con lágrimas en los ojos despidiéndome de mi mejor amigo, su mujer y mi ahijada.-Las despedidas deben de estar prohibidas.

-Es que tu eres una llorica-me dice Sara dándome un abrazo.

-Adiós Sandri, no le des mucha guerra a los papis-la digo dándole un abrazo.-Bueno, pues ahora si, adiós chicos-me despido de ellos y entro en la zona de embarque.

Entro al avión y busco mi asiento al final del todo al lado de la ventana. Me pongo los cascos y empiezo a buscar alguna peli. Las típicas normas de avión comienzan y luego despegamos. A mi lado hay un chico sueco bastante majo, hablamos poco durante las primeras horas de vuelo porque cada uno se pone una película. A las dos horas de despegar, las azafatas nos traen la comida, yo elijo unos macarrones y una mouse de chocolate. 

-Mierda-susurro agarrándome al asiento cuando noto turbulencias.

-¿Estás bien?-me pregunta el sueco en inglés.

-Bueno, no soy fan de las alturas-le contesto.

Empieza a hablar conmigo para distraerme, me dice que va a Wisconsin a ver a la familia que le acogió hace diez años mientras estudiaba allí.

-Pues yo soy policía y me han llamado para un caso. De momento solo sé que me recogen en Chicago y me llevan a otro sitio.- Le cuento.

-Por favor señores pasajeros, abróchense los cinturones vamos a aterrizar. Después de nueve horas y media de vuelo llegaremos a nuestro destino a las dos del mediodía, gracias por elegir esta aerolínea.

-Bueno, pues te deseo mucha suerte en tu trabajo-dice a modo de despedida mi nuevo amigo de vuelo.

-Disfruta de tus vacaciones-le digo.




Un mafioso por navidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora