Capítulo 4

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Me invitan a cenar y accedo. Cenamos la sopa italiana especial de Damon. Una sopa de pasta y alubias con una salsa de tomate con perejil. En la cena estuvimos recordando esos dos meses que pasé allí. No paramos de reírnos en toda la noche. Acabamos y nos despedimos. Damon, se ofrece a acercarme a mi hotel. A pesar del viaje no estaba muy cansada a si que decido dar una vuelta por las calles de Madison. Entro en el primer pub que veo y me siento en la barra.

-Una copa- le pido al camarero. Tarda medio  minuto en servirlo. Le asiento cuando me lo acerca.

De fondo suena música country, hay bastante gente para ser tan tarde. En uno de los reservados hay un chico custodiado por dos gorilas. Es rico por lo que veo, no cualquiera puede costearse un traje así. Agacho la cabeza porque me pilla mirándolo. Es bastante atractivo, moreno con ojos verdes, bastante en forma, Sería mi tipo perfectamente. Unos segundos más tarde vuelvo a levantar la cabeza y veo que me está mirando, con la cara roja agacho la cabeza.

-Otra copa para la señorita- me sobresalto cuando escucho al chico del reservado a mi lado.

-No hace falta- digo antes de que el camarero me sirva otra copa.

-Por favor, invito yo- insiste.- ¿Cómo te llamas?

-No suelo decirle eso al primer chico que me invita a una copa.- Digo un poco achispada.

-Pues entonces tendré que decirte yo el mío-sugiere.

-¿Me vas a dar tu nombre?-digo dándole un sorbo a mi copa.

-Una chica tan guapa como tu no tiene que quedarse con la intriga.- Dice acercándose a mi.

-Mejor.- Le corto.- Vamos a jugar a un juego. Por cada ronda que ganemos- señalo con la cabeza a la copa- el otro bebe y responde a una pregunta. ¿Trato?

-Vale.- Le pide al camarero una ronda y empezamos con los juegos.- Primer juego. Póker.- Dice sacándose una baraja del bolsillo del interior de la chaqueta.

-Vas a perder- le aseguro.- Soy campeona de España.

- ¿Campeona?- dice asombrado mientras jugamos.

-Uno-cero. Gano yo.- Le señalo el chupito. Bebe.

-Mi nombre empieza por E.

Tras varios chupitos y partidas, la cosa va así, solo se que se llama Ev, y quedan más letras, y el sabe que me llamo Helena, en resumen, voy perdiendo y voy muy pedo.

-Creo que el juego ha acabado por hoy.- Digo intentando levantarme de la silla.

-Cuidado- dice cuando me coge en el aire. Cuando me toca, lo noto, ese mismo cosquilleo que noté hace doce años. No podía ser, no puede ser el, ha pasado mucho tiempo.

-Estoy bien- digo separándome lo más rápido que puedo de el y saliendo del Pub.

-¿A dónde vas Helena?- pregunta. Odio como suena su nombre en mi boca, ya notaba como las lágrimas se me acumulaban en los ojos.- Ve más despacio.

-No me toques- digo cuando me coge del brazo.

-¿Se puede saber que te pasa?- pregunta.- Hace un momento estabas normal.

-¿Quieres saber que me pasa?- Pregunto con las lágrimas en los ojos.

-No estaría mal.

-Pues que te odio Evan Morgan.- Me doy la vuelta y me dirijo a mi hotel a descansar un poco con lágrimas en los ojos.





Un mafioso por navidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora