© Conociéndote [Franky Franklin y tú] || Spy X Family

8. La playa y un matrimonio de mentira (Parte 1)

La noche anterior, Franky casi descubre tu verdadero oficio, por lo que debes inventar algo convincente para que deje de hacerte preguntas. El parkour es inconsistente, si se creyó ese cuento es porque estaba embobado con tu aspecto (y el beso). Pero si volviera a tocar el tema, necesitas tener una historia bien elaborada y de fácil credibilidad. Quizás... ¿guardaespaldas? Eso tiene  más sentido. Sería mejor que crea que trabajas en secreto para los altos mandos y así evitas dar detalles por tratarse de información confidencial. Mantener tu identidad en secreto no había sido un problema con Frida, ¿por qué Franky se preocupaba tanto por ti? Era lindo, pero algo agobiante.

Franky vino a desayunar como de costumbre, te sacó plática y trató de investigar más sobre lo que hiciste esa noche. Había que cortar el hilo de su incertidumbre de una buena vez, aunque fuera una mentira para protegerlo.

Tú: Seré breve, porque esto es un secreto —Te acercas a él, miras a ambos lados fingiendo un aura enigmática y susurras— Soy una guardaespaldas de élite. Trabajo para el gobierno. No puedo decirte más, entiendes, ¿verdad?

Franky: —Notoriamente sorprendido— Eso... tiene bastante sentido. No te preocupes, no diré nada y no preguntaré más al respecto. — «¡Su trabajo es tan secreto que ni siquiera figura en todos los registros que he leído sobre ella!».

Con el cuento de guardaespaldas, todos los hechos encajarían mejor. Las veces que desaparecías repentinamente, tus habilidades inexplicables, situaciones en las que tuvieras que disfrazarte, quizás algunos moretones y rastros de sangre ajena...

El día transcurrió rápidamente. Franky se fue a trabajar y Frida volvió del colegio con un afiche de paseo escolar por vacaciones de medio año. Frida está muy triste porque nunca puede participar de las actividades escolares debido a que se necesita ir con ambos padres (y ustedes quedaron huérfanas). Te suplica que finjas ser su mamá, pero le explicas que igual haría falta un papá (por políticas escolares).

Frida: ¡Ricitos puede ser mi papi! ¡Pregúntale, por favor!
Tú: No creo que sea una buena idea... además apenas hace unos días comenzamos a salir, tendríamos que inventar una historia y-
Frida: ¡Hermana, no me quieres! ¡Siempre me pierdo los divertidos paseos de mi colegio y ahora que tengo una oportunidad no me quieres ayudar! ¡Bwaaaa! —Llanto infantil, de esos que te llegan al alma por la sinceridad del sufrimiento de la criatura.
Tú: Frida, cálmate, por favor... —Algo nerviosa por el repentino comportamiento de la pequeña.

Intentas abrazarla pero ella huye hacia el dormitorio.

Tú: Voy a pensarlo, ¿sí?
Frida: ¡No hay nada que pensar, hermana! Se nota que ricitos te quiere mucho y seguro sí querrá ser mi papi.
Tú: ... Está bien. Lo llamaré ahora.

Marcas el número de Franky en el teléfono y acercas el auricular a tu oído. Sientes temor de que Franky te tilde de loca por hacerle caso a tu pequeña hermanita.

Franky estaba terminando de dibujar un plano esquemático de los prototipos que tenía para ti, cuando suena el teléfono.

Franky: ¿Sí, quién habla? —Responde con un tono incómodo, porque fue interrumpido.
Tú: Buenas noches, Franky ¿Tendrás un minuto?
Franky: —Exaltado al oír tu voz—  ¡____! ¡Por supuesto que sí! ¿Ha pasado algo? — «¡Me llama de noche! Hemos estado juntos hace unas horas, ¡¿acaso me extraña?!».
Tú: Esto ... va a sonar raro ... Pero necesito un favor enorme de tu parte.
Franky: ¡No hay problema! Yo te ayudaré con mucho gusto, dime.
Tú: Eh... ¿te casarías conmigo?
Franky: ¡¿QUEEÉ?! ¡ESPERA UN MINUTO, ESTO TENEMOS QUE HABLARLO EN PERSONA! —Cuelga y sale disparado hacia tu casa.